La estrella de Carrión de los Condes


 Al camino todos fuimos con amigos en la mochila y preguntas que resolver, pero llegando a los 400km lo que tenía era un talón inflamado que me había forzado a cargar más el pie derecho, dañándome la cadera y posteriormente la espalda por la desproporción de la carga. El dolor físico fue tratado a base de ignorancia e Ibuprofeno pero empezaba a nacer otro imparable: la nostalgia de los seres queridos, las comodidades y sobretodo la búsqueda de una justificación para seguir andando.

Pensaba en las personas que vivían lejos de España y como les cambiaba el humor después de llamar a su familia. Nunca olvidaré los ojos saltones de I. contando a sus hijos que había estado en el Castillo de Ponferrada y que había tocado la nieve por primera vez en el O Cebreiro y con el orgullo de haberlo hecho ella sola a pesar de que fatigada le repitiese una y otra vez que hiciese la etapa en taxi. Tampoco me olvidaré de un americano que presentándose a la hospitalera dijo "Thanks God I'm here" y rompía a llorar.





Para ellos debía ser un verdadero calvario, además, algunos no tenían seguro médico internacional ya que deseaban tanto hacer el Camino que no habían juntado dinero para más. Otros, habían ahorrado durante tanto tiempo que se les hacía imposible rendirse y volver a empezar 10 años más viejos. 

Otros empezaron a tener ideas absurdas y su cabeza dejó de ser racional. Fuera lo que fuese la fatiga mental empezaba a sentirse agudizada por el inicio del otoño. Entre Mansilla y Bercianos la gente se abrió mucho más y empezó a explicar que hacían allí y escuché cosas tan conmovedoras que me han transformado para siempre.

En Mansilla las monjas del albergue tocaron un resorte que todos llevábamos dentro y que estaba a punto de estallar. Cantando todos juntos canciones de todos los países, pasándonos la guitarra, sintiendo que todos estábamos unidos por una búsqueda.

La abertura de nuestros sentimientos y la aceptación de los demás cerro la nostalgia de unos y justificó el sufrimiento de otros.

Hidratandome en Terradillo de los Templarios



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