Alrededores de Mostar

Most significa puente, el más famoso de todos es el Stari Most o Puente Antiguo sobre el río Nereva. Por el pasaban transportistas y viajeros quienes debían pagar una cantidad fijada.

Mostar era una de las ciudades más importantes de Herzegovina, región de clima mediterráneo y montañosa, donde se produce un vino muy bueno y muy infravalorado. Herzegovina tenía un trato preferente dentro del imperio otomano por tratarse de una zona fronteriza y con grandes reservas de agua.

Nuestro guía nos llevo a un par de kilómetros del nacimiento del río Nereva y nos retó que mojáramos los pies en un río a 5 grados. Como estúpida recompensa nos comimos algo parecido a una salchicha rellena de carne cocinada al carbón porque aseguran que tanto el gas como la electricidad mata el sabor (como saben, eh!). Luego llegamos al nacimiento en Blagaj , también conocido como el ojo negro, allí es donde realmente nace el río, no por fuentes a presión, sino por emanación. Curiosamente el agua está muy calmada pero a pocos metros de esa roca sentí una sensación de vértigo por las entrañas de la tierra. Una piedra de mármol grababa la efeméride de la visita de un rey a principios de siglo XX, hasta que los soldados serbios hicieron prueba de puntería durante los 90. En  Blagaj  se puede visitar gratuitamente un casa de estilo otomano de alto valor espiritual para los musulmanes de la zona.

En una furgoneta y sentado sobre un taburete improvisado nos dirigimos hasta Počitelj, una ciudad, de unos treinta habitantes, totalmente debastada por la guerra y que hace siglos creció al calor de su mercado. Dentro de lo que cabe el pueblo se conserva muy bien y está adaptado para el turismo, aunque hoy por hoy aun no recibe los visitantes que debería. Primero fuimos invitados a entrar a casa de una vecina que preparaba una bebida con gusto a fresa que debía de ser rebajada con agua y que era extremadamente dulce, también probamos dulces casero hechos con higos. Se puede visitar la torre del castillo aunque es de difícil acceso.

Camino a nuestra siguiente parada, Kravice, me interesé como, a pesar de estar en Bosnia habían tantas banderas de Croacia. El conductor me dijo que eso era una provocación, igual que las cruces que los cristianos habían puesto en las colinas alrededor de Mostar para que las viese todo el mundo. Me contó que durante la guerra los croatas apoyaron a los bosnios para defenderse de la invasión serbia, pero que en si fue un ataque a bandera encubierta ya que existía un trato secreto entre el presidente de Serbia y el de Croacia para repartirse Bosnia después de su independencia. También me contó que creía que el gobierno croata pagaba a sus ciudadanos del centro del país para que se mudaran a Herzegovina y reclamaran ese territorio. La verdad es que se ven muchos monumentos a los soldados muertos croatas y cruces en los puntos más altos. Es duro reconocerlo pero aun existen barrios claramente musulmanes y otros de cristianos (aquí no encontré ortodoxos serbio). Kravice son unas pequeñas cascadas en las cuales está permitido el baño donde se puede respirar felicidad en el ambiente, un paseo dentro del agua por la desembocadura de la cascada puede desencadenar emociones de libertad y adrenalina nunca vividas anteriormente. También se pueden realizar saltos desde las rocas más altas.

Finalmente visitamos la ciudad de Medjougore. Pero esto merece una mención completa en otro artículo.

Blagaj

Počitelj

Kravice

Valle del Nereva

Mucho antes del mítico rapto romano de las Sibinas Europa se encontraba inmenso en un sinfín de guerras. Los movimientos migratorios del paleolítico, debidos en muchos casos a cambios climáticos (igual al que estamos sufriendo ahora), provocaban simples trifulcas parecidas a la de los actuales animales.

Rapto de las Sibinas (fuente: Wikipedia)
De unas dosis mínimas de ingenio, la humanidad fue desarrollando estrategias y materiales para ganar a su adversario, pero sobretodo se dotó de componentes identitarios y de una jerarquía donde poco a poco se necesitaba de un 'general' y de los sacrificios de los miembros menos populares (también conocidos como valientes), así como la veneración de los caídos y la creencia en Dioses, ritos o superticiones. (bueno, quizás fue como lo pinta Kubrik).


El descubrimiento de la agricultura provocó el asentamiento y un nuevo concepto: el de casa o patria, es decir, que a parte de pertenecer a un clan, ya se pertenecía a un lugar. La población iba ligada a las cosechas o a las pérdidas, por el hurto de otros pueblos o por el que podían tomar de sus enemigos, y poco a poco otro factor más importante: la codicia de los dirigentes.

Los pueblos se aniquilaban por falta de espacio partiendo de la desigualdad que existía entre ellos: estado evolutivo, dominio de los metales, jerarquía social. Algo muy parecido se ha replicado a lo largo de la historia, como la expansión del imperio romano frente los pueblos bárbaros desorganizados, la colonización de África, o los estados títeres del siglo XX y XXI. Pero todos ellos se pueden simplificar en un solo fenómeno, actualmente no aceptado pero con infinitas variantes al uso: la esclavitud.

Columna de Trajano. Campaña militar contra los dacios
(Fuente:Wikipedia)
La esclavitud se formó quizás como forma de compasión para no aniquilar a los enemigos o para suplir aquella clase de trabajos que los vencidos no querían hacer. En la imaginación popular nos pensamos al faraón egipcio pegando a latigazos a hombres curiosamente cachas, a pesar de no comer, con tal de levantarle un impresionante e improductivo mausoleo. Pero aun así, para muchas familias la posesión de un esclavo era un bien dificil de mantener y al que se debía cuidar para que durara muchos años.

Volvamos a lo que marca un antes y un después de nuestra Europa en lo que se refiere a la dominación militar: los romanos. Quienes su obsesión por pacificar sus fronteras les hizo expandirse con tal de someter al último pueblo encontrado, pero cayendo en el error que una vez vencido y pacificadas sus fronteras se encontrarían con otro de nuevo unos quilómetros más adelante. El colapso romano es uno de los temas que más me ha gustado de mi educación, aunque se explicara en solo un párrafo: el pueblo romano sucumbio por un problema de comunicación (claro, iban a caballo y una carta tardaba días de Hispalis a Bizancio) y por el desuso del ejercito al no haber guerras (y por la marmita de Panoramix, claro). La caída del imperio "obligó" a la división entre uno más 'sano' y otro evocado a la derrota, algo muy parecido a lo que está pasando a la Comunidad Económica Europea (¿o no?)

De tener un Imperio de los que invertían en I+D por un tubo pasamos a miles de estados feudales, regidos por un rey por imposición divina (es decir, justificado por la voluntad de Diós) todos derivados de una religión monoteísta que un emperador decidió convertir en oficial con tal de recibir el apoyo de gran parte de la población. Coptos, católicos, arrianos, cátaros, albigenses, valdenses,... miles de corrientes de pensamientos, todas procedentes del mismo maestro, impulsaron una escalada bélica que parece haberse calmado a mediados del siglo XXI. A parte de todas las demás religiones de la reforma (calvinistas, luteranos, anglicanos, hugonotes,...) y su correspondiente Inquisición. Pero no vayamos tan deprisa.

En Europa empezaron a acometerse al menos una gran guerra por generación y zona. Entre medias, nacía un mundo renovado en arabia, cuya expansión fue más grande que la romana en si debido al puente entre las culturas Europeas, del Magreb, del África Subhariana y las orientales: elementos como la brújula, las especies y el papel fueron introducidos, así como el petróleo y el dinero en billete. Pero vuelvo a correr de nuevo.

Todas las corrientes religiosas mentadas dos parágrafos atrás se pusieron de acuerdo para redirigir sus tortas hacia un invasor común y bien organizado: los omeyas, originarios de Siria, quienes ya habían conquistado todo el magreb, cruzado el estrecho por Gibraltar (igual que hizo Annibal), aniquilado a la resistencia bárbara de la península y vencidos en la batalla de Poitiers retrocedieron hasta la ladera sur del Pirineo. Los Francos, quienes les habían plantado cara fragmentaron su frontera en un conjunto de reinos conocidos como la Marca Hispánica, quienes debían jurarle basallaje, hasta que se hartaron y no hubo una gran reprimenda. Como al norte había un estado fuerte y además compartían la misma religión no había otra forma que expandirse hacia el sur y curiosamente la debilidad de su enemigo regía en los mismos errores que tuvo el imperio romano. En 1492 se toma Granada, de todas formas, otra lengua musulmana penetraba por los Balcanes, esta vez, le pararon los pies en Viena.

Expansión de los Omeyas (Fuente, Wikipedia)


Las sucesivas invasiones y la acumulación de títulos y derechos sobre las tierras conquistadas, por cruces matrimoniales y por la fundación de colonias fueron recayendo más responsabilidades en menos personas. Se puede decir que el proceso había empezado a la después de Carlos I (y quinto de Alemania) quien poseía grandes extensiones pero que a su muerte se fragmentaron. 

El absolutismo se resumió Europa en algunos grandes estados o zonas de influencia: Reino Unido, Castilla, Francia, Autria, Hungria, Rusia, Suecia, Portugal,... podían pasar dos cosas, siguiendo colapsándose para tender a una sola (que probablemente acabaría como el imperio romano) o entrar en guerra entre todas ellas. Y primero fue la una y luego la otra.

Resumiendo, el precio del pan subió en Francia y la represión de los manifestantes en Paris llevó al pueblo a sublevarse contra una de estas monarquías absolutistas. La consecuencia: cabezas cortadas con guillotinas (incluyendo la del propio inventor de la Guillotina) y la aparición de un dictador quien se autocoronó delante del Papa. Napoleón transformó el Estado francés a su placer y empezó una carrera tecnológica y armamentística que le llevó a casi eliminar del mapa a todas las demás monarquías. Porque no pudo: bueno, Rusia es bonita en primavera, pero en invierno es un infierno, tampoco a los españoles les gustaba que les pusieran a un rey alcólico, que para vividor ya estaba bien el de antes, y los reinos que formaban la península de Italia se ve que se llevaron bien entre ellos, después de tantos siglos dándose tortazos entre ciudades estados. Además amigos, el más importante, Inglaterra quien tuvo el don de aparecer cuando los demás ya estaban cansados de pegarse y llevarse el trozo más grande. Los Franceses y los Ingleses se odian desde hace siglos y esta fue la última gran guerra que les enfrentó.
Juramento del juego de pelota,  inicio de la Revolución Francesa

Autoproclamación de Napoleón.

Luego vino una relativa paz hasta que empezaron a nacer los nacionalismos modernos, muchas veces ligados a la oligarquía erudita o a una clase obrera que pedía tener más derechos que un esclavo. Se unieron en sindicatos, y los sindicatos en uno de internacional, que luego, como todo lo que se une, tiende a desunirse, entre comunistas, socialistas y anarquistas, que estos también se dividieron a lo largo de su historia, bakunistas, malatestas, internacionalistas, marxistas, leninistas, troskistas,...

Pero el descalabro del siglo XX se divide en los siguientes capítulos: primera guerra mundial, periodo de entreguerras, segunda guerra mundial y guerra fría. Información y libros sobre estos temas los hay a patadas, así que no vale la pena recabar más.

Bombardeos sobre Belgrado (1999)
A la caída del muro de Berlín, la disolución de la URSS y finalmente la separación de Yugoslavia en pequeños estados Europa había cerrado una historia sangrienta. En 1999 se producen los últimos bombardeos de la OTAN sobre Belgrado, es decir, todo niño europeo de 13 años ha vivido toda su vida sin saber que es la guerra.

Este milagro puede estar ligeramente enmascarado por el terrorismo pero en número de muertos, desplazados o hambruna no se puede comparar a los seis millones de judios que mataron en la segunda guerra mundial. Y también por otros conflictos secundarios como Chipre.

Pertenezco a la primera generación de la paz y una de las primeras promociones que no tuvieron la obligación de hacer el servicio militar en mi país. Solo quería dedicar tres horas de mi vida para que supieran que gran milagro es este, y sobretodo lo frágil que es.

Lamento si algún dato no es verídico del todo. También soy de la generación de la ESO

Rápida historia del humor en tiempos de bonanza

Hace poco me puse a analizar que le hacía reír a los españoles en los años de la burbuja y el "progreso" cuando las preocupaciones se limitaban a aparentar una nueva riqueza delante de nuestros vecinos, familiares o compañeros del trabajo.

En ese tiempo nos jactábamos que nuestro coche tuviese un alerón hortera, el nombre de nuestra novia (o de no tener, nuestro perro) o un color de llantas chillón. Otros, se orgullecían de cobrar más que los profesionales cualificados. También se empezó a buscar falsos destinos exóticos, como la Rivera Maya, que al uso del turista, era esencialmente lo mismo que Canarias. O lo más grande, ver que cada día nuestros pisos valían más. Y finalmente nos empezó a gustar un humor más sencillo.

Durante la primera legislatura del partido popular un jubilado malagueño, quien llevaba toda la vida cerca del mundo del espectáculo, se hizo infinitamente famoso a costa de repetir palabras como pecador, fistro, mamonazo y hasta luego lucas,... su humor consistía en contar chistes moviendose como un lisiado. Pronto se volvió el icono de un generación y habían artículos promocionales con su cara, incluso, en bolsas de patatas. Seguramente, muchos jubilados se sintieron orgullosos de que a tan adelantada edad la vida aun les podía dar sorpresas. Pero en si, su éxito residió en que mucha gente se podía reír del ridículo ajeno y pronto incorporaron en su ya corto vocabulario las palabras del gran Chiquito.

No solo en España se generan humoristas para los ciudadanos menos exigentes: en Venezuela existe el caso del 'Conde del Guachire', quien tiene su propio parque de atracciones en Isla Margarita, en Ecuador otro humorista llamado 'La Vecina' o Facundo en México. Practiquen el sencillo ejercicio de ver las caras de vergüenza de los ciudadanos de estas naciones al mencionar estos nombres.

Por aquel entonces nos dejaron dos de los humoristas más respetables de la segunda mitad del siglo veinte. Eugenio (o Eugeni) era un cantautor catalán quien descubrió que entre canción y canción sus chistes eran más exitosos. Los empezaba siempre igual: "Sabén aquel que diu", una mezcla entre catalán y castellano, hoy en día, su imitador 'oficial' cobra 60 euros la entrada. El otro se llamaba Miguel Gila, un superviviente a un fusilamiento franquista cuyo humor era un burla a las guerras. Él sólo, haciendose pasar por un militar, llamaba al bando enemigo: "Aquí la guerra?". El tiempo lo abandonó en Barcelona en 2001.

Curiosamente, después de muertos volvieron a acaparar el interés dejando en un segundo plano al jubilado de las patillas. Entonces se abrieron dos caminos, en Catalunya, un humorista procedente de la radio resucitó uno de los géneros más antiguos, el monólogo como parte inicial de su programa. Dicen las malas lenguas que tuvo que parar puesto que se pasó en algunos chistes sobre el Rey y Jordi Pujol. No se si esto es cierto o no, pero curiosamente, durante sus años sabáticos lo encontré junto a un grupo de amigos en el Moma de Nuevo York, le pedí un autógrafo y a mis 14 años, lo que recibí de él fue un: "hasta en la otra punta del mundo me vienen a tocar las pelotas". A pesar de eso, sigo siendo un fan suyo.

El caso que me motivó toda esta reflexión fue el duo: "Cruz y raya" cuyo fueron líderes de televisión entre el 2000 y el 2006 e indiscutibles presentadores del programa de Noche Vieja. España lleva replicando duos televisivos desde "Tip i Coll" (1967), el dúo "Sacapuntas" (1979) y "Martes y Trece" (1985) . Así que el grupo replicó mucho de los esteorotipos que ya habían funcionado anteriormente, aprovechando las ventajas que las nuevas tecnologías en realización les permitían. Sus personajes más famosos fueron una familia de gitanos quienes hacía lo imposible para engañar y robar, un socorrista vago quien no quería ir a socorrer a nadie diciendo: "Si hay que ir se va, pero ir pa na es tontería", un filosofador que imitaba la estética de un afilador de cuchillos y otro era un albañil quien se colaba en cualquier esqueig para decir: "¿Has visto a Paco?". No existían apenas paródias a personajes reales y la crítica política era nula. La diferencia principal con "Martes y Trece" y "Los Morancos" fue que apenas había transvestismo, quizás, porque la homosexualidad empezaba a ser aceptada por la sociedad y ya no era motivo de burla.

Cruz y Raya se separó, y José Mota empezó otro programa, ya en los momentos de mayor aceptación de Zapatero. Este programa sorprendió por lo elaborado de los guiones de sus esqueig y la poca repetición de sus personajes, así como de la crítica política y social. Poco después estalló la crisis.

Ahora viene la reflexión. La televisión es el reflejo de la clase media o baja ya que la clase media alta o alta consume cultura por un tubo (aunque sea por puro fetichismo), práctica deporte como parte de sus relaciones sociales o cualquier otra cosa antes que ver la tele o los estudiantes (aplicados de secundaria o universitarios) quien no tienen tiempo para ver la tele y cuya forma de evasión no es compatible con el humor ligero (o estúpido).

Así que lo que tuvimos en esa época era lo que demandaba la clase media o baja, quienes a pesar de tener más ingresos por la facilidad de encontrar trabajo o la bajada del tipo de interés posterior a los atentados de 2001 se lo pasaban en grande riendose de una ficticia familia de gitanos o de un albañil.

Curiosamente, había un alternativa brutal para consumir humor televisivo basado en series: "Plats Bruts" en TV3, "Aida", "Aqui no hay quien viva", y luego "Cámara Café"... quienes a pesar de contar con actores brillantes y guionastas originales les costó mucho competir contra la sencillez y el humor ligero de los esqueig de Cruz y Raya. Recientemente, en Mostar, un bosnio me hizo recordar viejos tiempos con frases de Aquí no hay quien viva puesto que ahora están pasando la segunda temporada.
Las frases de Tejero, el portero de la Comunidad de Aquí no hay quien viva remplazaron a la del dúo Cruz y Raya. Me acuerdo que durante mi primer año de universidad mi profesor de cálculo decía "No pongais estas caras que esta noche dan 'los vecino'".

Pero la población precisaba de no pensar y un programada llamado "Humor se escribe con H" y "Noche de Fiesta" junto al humorista Jaimito Borromeo cubrian esas necesidades. Extraordináriamente se popularizaron los esqueig de tres parejas: la de recién casados, la de cuarentones y la de jubilados quienes no paraban de insultarse. Y lo más extraordinario aun tanto Noche de Fiesta como Aquí no hay quien viva pertenecían al mismo empresario: Jose Luís Moreno (quien, sintiendolo mucho por él, un día recibió una paliza en su propia casa).

También empezó una nueva forma de transmitir humor de la cual el individuo pudo elegir de una forma nunca vista hasta entonces y permitió por primera vez la bidireccionalidad. Llegaba Internet. En España "el Rellano" fue el primer portal popular, pero pronto YouTube fue la plataforme donde la gente promocionaba videos caseros e incluso a algunas personas se le fue la mano colgado videos de borderlines. Otro fenómeno a resaltar es el de Cuanto Cabrón.

Reírse está siendo una de las mejores formas de luchar contra la crisis, ya sea televisivamente, por grupos de Facebook o con los carteles del movimiento de Indignados. Lo curioso es que la creatividad se promueva cuando las cosas van mal.

Dos noches en el hostal Herzegovina

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Algo aturdido por los agujeros de las balas disparadas hace casi 20 años bajé del autobús, dos niños comidos por la suciedad vinieron a pedirme limosna pero fueron hechados por los intermediarios.

Los intermediarios al saber que teníamos reservado el hostal Herzegovina me indicaron que llamarían al dueño para que viniera a buscarme. Se me encendieron todas las alarmas. El único local que se había quedado allí me dijo que se trataba de su padrino, y que estaba esperando a un par de españoles "Oye, todo el mundo sabe que soy español, como se que no me está mintiendo?", "de acuerdo, ahora lo llamo y hablas tu con él", en perfecto inglés el propietario del hostal decía mi nombre y me tranquilizaba, al cabo de poco rato, apareció en su coche. Sentí una gran vergüenza por desconfíar. Este chico, fue el primero en contarme los horrores de la guerra: como un francotirador había matado a su abuelo, como su mejor amigo había muerto por una granada y como esa misma granada le había lesionado la pierna y aun hoy en día seguía cojo.

El coche fue montaña arriba, y me entró el miedo porque nos alejabamos de la dirección del hostal. En una calle estrecha, un coche nos cerraba el paso y de allí salió un tullido. Le pregunté que a donde íbamos y me contestó que arriba, para poder ver la ciudad. No había razón para dudar, se trataba de un buen hombre, un hombre del que cuesta confiar al principio de tanta bondad que tiene. Y vi como todas las personas que conocí de esta ciudad tenían el mismo espíritu.

Nos habló sobre la suerte que habíamos tenido puesto que a la semana siguiente el hostal iba a estar a tope por la popular competición de saltos desde el Stari Most. También nos contó que un checo se había matado dos días atrás por saltar borracho. Casi se le saltan los ojos cuando me heché a reír inconcientemente.

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Al llegar al hostal, en pleno centro pero algo escondido de las calles ruidosas, me sorprendió la perfección y lo cuidado de cada detalle. Todo funcionaba a la perfección y sobretodo se respiraba una tranquilidad que en ningún otro sitio he vivido. Nos dijo que nos invitaba a cenar porque le habíamos caído muy bien, solo teníamos que volver una vez escuchasemos el cohete que indicaba la hora del rezo, puerto que ese era el primer día del Ramadan. Y también nos invitó a participar en una reunión nocturna que hacía todos los días con los demás huéspedes para que contáramos nuestras experiencias.

Los 42 grados de esa tarde nos obligaron a refugiarnos en el tercer piso del hostal. El primero era donde vivía la familia del propietario y había un huerto donde cultivaban siguiendo preceptos ecologistas. En el segundo vive la familia del propietario del hostel y en el tercero el maravilloso hostal.

Solo visitamos el casco viejo de Mostar y nos hinchamos a comer cualquier cosa. Recuerdo que había una crep que valí 75 centimos de euro si el chocolate que ponían encima no era Nutella y dos euros si sí lo era. Le pregunté a la mujer cual era la diferencia y se rió: "la diferencia solo está en tu cabeza". También descubrí el Cockta, el equivalente yugoslavo de la Coca-Cola.

Camino al Stari Most se nos fueron juntamos más turístas ordinarios: de los que chillan y se sacan fotos cursis. A ambas orillas del Nereva, las casas han sido reconstruidas para convertirlos en restaurantes y pubs chics, que a mi gusto, sobran.

Las tiendas de souvenirs ya son baratas de por si, pero de todas formas tuve ganas de regatear: le dije a un hombre corpulento "te hago una oferta por varios recuerdos, para que salgamos ganando los dos", se acercó a mi, me pasó el brazo por la espalda y me dijo "no, yo se muy bien lo que me hago" y si, si, me asusté bien.

Ya de noche, después de cenar con la familia del propietario nos sentamos en el jardín para hablar y comer dulces, un nuevozelandés me contó que una americana le había preguntado en que parte de Nueva Zelanda vivían los hobbits y nos reímos todos mucho. Me encontraba en un lugar apartado de esta concurrida Europa, donde muy poca gente deja los prejuicios a parte para descubrir la historia por su propia mano, las escusas eran varias: ¿no están en guerra?,¿está Kosovo en Bosnia?,¿que coño hay allí para ver? esas eran las propias de la incultura, ¿para que quiero ver yo miseria?, o del clasismo, ¿el seguro del coche no me cubre?, cuantas y cuantas excusas. Vengan a Bosnia, vean cual es el precio de perder, como se resurge de las cenizas, sientan la historia en su propia piel, quizás entiendan cuando vuelvan a casa otros conflictos como Siria o la Crisis, y entenderán que ridículos quedará en la historia nuestra pasividad: nos están engañando, como nos engañaron y nos engañan hoy en día: "INDIGNADOS venid a Mostar".

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Espectacular Vista de la Costa Dálmata 


Stari Most

Cementerio Musulmán

Cena gratis!!!! en el hostel



Two nights on the Herzegovina Hostel

I left the bus a little bit confused because of the bullets fired more than 20 years ago. Two childrens dressed on with very dirty clothes came to my begging but the intermedaries push them away.

When the intermedaries knew that we have a book on Herzegovina Hostel they offer me to call the owner to pick me up. All the alarms rang on my head. The only bosnian guy who remain there told me that the owner was his godfather who was waiting a couple of spanishes. "Hey, man, it is not very hard to know that we are spanish, why I should believe you?","ok, lets call him and you talk", in the most perfect English the owner said my name and I got calm. Soon he came driving a car. I felt a big ashamed because of my distrust. The young guy who I talked just left the bus started to talk me about the horrors of the war: how the snippers kill familiars and a grenade his friend, even he still have injures from that times.

The car runned uphill and I felt bad because we were moving away from the hostel. In a narrow street another car cut owr way out and a man without a arm left the car. I asked him where we were moving and he told me uphill to see all the city. There wasn't reasons not to believe that guy. The owner of the hostel was a really good guy, with a great heart, everything looks so nice that seemed unreal. Soon I realize that everybody I knew in Mostar had the same spirit.

He explained about how lucky we were because during one week later hostel would be without vacancies because of the popular jumping competition from the Stari Most. He also told us that a guy from Czech Republic died jumping "dirty" from the bridge. My eyes were close to jump when I was the only one inside the car laughing as an animal.

We recieved a big sorprise when we arrive to the hostal, very centre but not in a noise street, I felt that every single detail was neat. Everything worked perfectly and overall there was a calm spirit everywhere I never lived before on a hostel. He invited us to dinner with his family, we just should wait until the fireworks that announce the end of the day, because that was the first day of Ramadan. And he invited us to celebrate a meeting with other guest at night to talk about our experiences.

The 42 degrees of that afternoon force us to refuge inside the third floor of the hostal. In the first one lived the parents of the owner and they had a small field where they grow up ecologic vegetables. On the second he lived and the third hold this wonderful hostel.

We visited the Old Town eating everything we found. I remember when I order a creap with chocolate for 75 € cents, the one with Nutella cost arround 2 euros. I asked to the woman "what is the difference?" she reply me "the difference is just inside your brain". I remember also when I drank for first time Cockta, the yugoslavian Coca-Cola.

On owr way to Stari Most more regular tourist joined us: that ones who talk loud and take stupid pics. At both sides of Nereva river, buildings were reconstructed in restaurats and cool clubs, but according to my wishes I would not like to see it here.


Souvenirs shops were enought cheap but I tryed to get a cheaper prices. I ask to the big sellerboy "I make a special offer for some souvenirs together, then both will win", he came to me, he put his big arm over my shoulder and said me very calm "I know perfectly what is good for me", and yes, I was scared.
During the night, after dinner with owner family we sat down all together on the yard and we talked and ate candies. One guy from newzeland told us that a american girl asked him which part of New Zeland Hobbits use to live. In that time I realize that I was in apart place of this crowd Europe, where few people leaves their prejudices to learn the real history for their own. The alibi were more or less the same: ¿Bosnia is this country on war?¿Is Kosovo in Bosnia, isn't it?¿what interesting stuff are there?, ¿why I should all this poorness?,¿car insurance doesn't cover me, this is very risky?, so many excuses!!! Come to Bosnia, come to see how it is possible to born again from the ashes, feel the history on your own skin, and probably, when you would come back home you could understand other conflicts as Syria or the economical crisis, and then you will realize that we will be ashame because of owr passivity on the future: somebody is cheating us, as they did and they will.


(Not reviewed yet 8/21/2012!!!)

Banana Split

La parada de bus de la estación de Zadar no puede esconder la melancólica estacionedad de sus paradas. No es muy grande, está casi vacía y no hay comercios cerca. Un comercio útil hubiese sido un dispensador de Biodraminas, porque amigos míos, se acercan curvas.

La primera hora se pasa bien, haciendo "ohhh!!!" cada vez que nos acercamos a una bahía, o se ve un pequeño archielago a lo lejos o una pequeña isla con alguna iglesia centenaria. Pero el autobús empieza a iterar en la entrada y salida de pueblos calcados, masificados y feos. Es cuando nos acercamos a Split y paramos 1 minuto en Trogir, cuando se huele la arquitectura y la cultura como un perro huele una pollería desde el otro lado del cristal.

Split se desnuda a una hora para el amenecer en el momento en que ciudad empieza a latir. Una intermediaria argentina nos quiere alquilar una habitación:  "yo vine aquí por un buen caballo, y valió la pena, pero el caballo se fué y me dejó sola". No parece para nada de fiar. "Vuestro hostel está en el quinoto". Me alejo de ella con ganas de averiguar si en Croacia es legal pegarle un guantazo a un argentino con tal que se calle.

Mi primer contacto con la fachada marítima del palacio diocleciano fue orgásmico. Generaciones habían aprovechado la estructura de esta excentricidad imperial para construir casas, iglesias y más actualmente restaurantes pijos. Seguimos andando por calles antiguas hasta que se acabó el suelo de los cascos históricos. Entonces una luz se abrió al pasar por un portal, habíamos llegado al hostel y una tortuga nos dió la bienvenida.

En el "Split Guesthouse Hostel" me sentí el viajero que no soy. Solo un trabajador, un propietario enamorado de su trabajo y miedo loco quien colecciona por las paredes dedicatorias de sus clientes y en la cocina ingredientes de primera para sus inquilinos. Dedica 20 minutos en explicarte cómicamente como es la ciudad, tiene fotos, mapas y chistes, se sabe la alineación del Barça desde los tiempos de Romario y canciones de los Gipsy Kings (tío, que son franceses, a ver si hos enterais ya!!), así como frases aprendidas en telenovelas mejicanas. De él aprendo la felicidad que proporciona ser el propietario de un trabajo que amas. Y también la felicidad de que te traiga unos donnuts para desayunar gratis por toda la cara.

La primera visita que hicimos fue la de subir hasta el mirador del Setalste Luke Botica. Desde allí se veían los barcos regulares hacia las islas y la costa italiana, así como los cruceros y otros barcos más elitistas. En lugar de la prima de riesgo vimos la grandez del palacio diocleciano, el cual, a pesar de haber transcurrido casi 2000 años seguía impresionando. Como debía ser para un granjero del siglo V encontrarse tal monstruosidad de piedra? 

Por unas escalinatas llegamos al restaurante Fife y que se encuentra al final del paseo marítimo. Muy pocas veces pondré el nombre de un restaurante, puesto que no quiero promocionar las iniciativas privadas con ánimo de lucro, pero ese lugar es el mejor de todos los que puedes encontrar en Split si quieres las tres B's (Bueno, Bonito y Barato). Es tan bueno que deberás compartir mesa con desconocidos, en nuestro caso tres turcos que salían del Exit Festival de Novi Sad. No lo sabía, pero la bolsa con los restos de la cena se le llama "Doggy Bag".

Ese jueves por la noche nos regaló el festival de Salsa de la ciudad, donde diferentes parejas de profesionales de los Balcanes humillaban a todos los que creían moverse bien. También presentaron a un grupo de bailarinas chulitas, pero que bailaban fatal, para nada sincronizadas, y vestíadas como chonis, creo que más de uno se dió cuenta de eso.

Dentro del palacio Diocleciano un par de guitarristas deban un concierto: Simon & Garfunkel, Eric Clapton, y por supuesta "ay si eu te pego". Me fijé en un camarero puesto que a pesar de ser casi las tres de la mañana al día siguiente, a la hora de desayunar seguía allí. A la noche siguiente, el mismo escenario era aprovechado para representar una ópera. Para este acto si que se tenía que pagar, pero silenciosamente nos colamos por el "backstage", que confiadamente habían dejado abierto.

Para poder acabar de exprimir esta ciudad tomamos un barco hasta Supratar, de allí llegamos hasta la playa de Bog, una ciudad veraniega que casi no vale la pena visitar ya que Supratar es capaz de darte todo. El taxi era un cachondo: "my name is Pedro Gonzalez", en su tarjeta ponía Petrus Gonsavic" o algo así. En la playa de Boc todo es carísimo, tan caro que legitimamos "coger" algo de pan, o mearse a escondidas en la montaña (esto último no se hizo, pero también está justificado).

Volver por la tarde y ver como Split se incendiaba bajo el amanecer fue una de las cosas más maravillosas que me han pasado en la vida. Daba lástima irse de esa ciudad también viva y bella, pero todo se trata en irse, hasta que un día te vas para siempre, como todos tenemos la costumbre de hacer e intentar prolongar. En la parada del bus un cura italiano estaba superexcitado porque iría a ver la virgen de Medjougore. Yo empezaba a marearme como en esas excursiones a la montaña que uno hace a los 7 años puesto que habían curvas y faltaba el aire acondicionado.

Crucé la frontera con miedo de que me hicieran bajar del autobús, pero no pasó nada, solo un resumen de lo mejor y de lo peor que había escuchado de este país pasaba por mi cabeza. Una vez se estás en Bosnia se sigue el río Nereva, donde domingueros comen asado de cordero y ignoran los huecos de la metralla en sus casas. Más arriba, nos hacen bajar del autobús y nos subimos a otro, con aire acondicionado. Me doy cuenta que he perdido mi tiquet y el nuevo revisor me perdona mi descuido ya que ni él se esforzaba en hacerse entender ni yo en hablar otra lengua que no fuera el catalán. El nuevo autobús tenía aire acondicionado y los asientos eran más anchos. Cuesta reconocerlo, y más admitirlo, pero en estas condiciones de confort todo parece menos penoso y tercermundista.

En estas condiciones entré en Mostar. Al principio no parecía nada del otro mundo, pero cuando tomamos la calle aun, casi 20 años después, derruida, que iba hacia el centro, empecé a sentirme mal. Pero el peor momento fue cuando cruzamos un gran cementerio musulmán cuyas lápidas marcaban el mismo año y con solo unos pocos meses de diferencia 1993, para aquel entonces yo no me preocupaba más que por jugar mientras que aquí asesinaban a civiles. Los siguientes 5 minutos fueron horribles y me sentía estúpido por volver a superar por estúpido el límite de lo que podía tolerar. Cuando bajé del autobús me recibieron 42 grados, y solo pensaba en escapar, pero otra vez, los acontecimientos volverían a darme una lección.




Supratar desde el mar


Iglesia en Supratar


Split GuestHouse & Hostel.

Juegos para horas de espera (I): La ruleta polaca

Este juego puede ser jugado por cualquier persona que no sea manca ni ciega. 

Atención, puede llegar a ser adictivo y se corre el riesgo que a las personas de su alrededor pienses que son locos.

Solo pueden jugar dos jugadores a la vez, podría jugar uno solo en un espejo, pero nunca acabaría.

Dos jugadores se sitúan frente a frente. Se marca un tiempo parecido a las pulsaciones en música, pim, pim, pam, pim, pim, pam, pim, pim, pam,.... durante las dos primeras pulsaciones los jugadores se golpearán las piernas o harán palmas con las manos, esto es lo de menos, pero en la tercera pulsación harán uno de los tres movimientos:

 - Colocará las manos como si fueran pistolas apuntando hacia arriba. Eso significará que ha cargado.
 - Se colocará las manos en el hombro opuesto. Esto significará que se está protegiendo.
 - Disparará apuntando a su adversario.

y se repiten los dos golpes en las piernas y se volverá ha escojer uno de los movientos anteriores, y así se hará hasta que alguno de los dos muera (simbólicamente), es decir que se dispare al adversario y que este no se esté protegiendo o disparando. Se puede cargar balas infinitamente y también está permitido protegerse en cualquier turno.

Cada vez que se carga te da la posibilidad de disparar en un turno futuro. Se puede disparar tantas veces como balas se hayan acumulado anteriormente.

Se pueden dar varias combinaciones, pero la única que da la victoria a un jugador es esa en la cual él está disparando y el otro jugador está cargando. Esto significa que si en el momento de disparar el otro jugador está protegido o disparando se va a haber otro turno.

Blanco Zadar

Creía que el Mediterráneo era un mar menor, es decir, que debido a su pequeña envergadura todas las orillas compartían un carácter común, a pesar de los matices religiosos y nacionales. Pero descubrí que el Adriático aun ejemplificaba mejor las dimensiones, hasta el punto de no saber si estaba en Italia o en Croacia. Dalmacia y sus archipiélagos se forzaron a raíz de independencias y vasallajes durante siglos, entre los diferentes reinos italianos y las tribus eslavas que se repartían el botín de un imperio estocado por los otomanos y ahora sometida al turista común italiano.

Por la ventana del autobús los intermediarios de habitaciones se peleaban para ser los más cercanos a la puerta. Eran mujeres que se fijaban en los rasgos faciales para adivinar de que nacionalidad éramos: "Españoles, ole, fútbol, Barça, viva, viva, tengo españoles en mi casa!!" evidentemente esas mujeres habían desarrollado las mejores técnicas para conseguir atraer a turistas de todas las nacionalidades, evidente no decía: "Españoles, Gescartera, siesta, rescate, crisis, corrupción, padre Apeles!!!!" al 99% por ciento de los españoles y probablemente italianos también adorarían conocer a más gente de su país fuera de su país para no extrañar nuestras perfectas y orgullosa forma de ser, y de esta forma la intermediaria se llevaría al 99% de los españoles hasta su casa, pero a mi se me quedó la misma cara que cuando tenía 14 años y viajé a Verona para que un vendedor de gas de sol de imitación me dijese que me parecía a Bustamante.

Un taxista nos hacía una oferta: 40 kunas (7euros), por llevarnos al centro. Le pregunté a un chico que allí estaba si esa cantidad era justa: "Si os esperáis cinco minutos os llevo yo gratis", "pero vas hacia allá?", "no, que va, solo os quiero ayudar". Y así fue, con música en la radio y las ventanas bajadas como llegamos al centro de Zadar. El chico nos contó que no quería estudiar en la universidad porque no servía para nada y que aquí trabajan 2 meses y que con eso podían dormir el resto del año. La verdad que era un cachondo y se sabía de memoria la alineación del Barça, quizás desde la época de Romario. También se quejó de la corrupción en su país y nos habló de como varios expolíticos se encontraban en tribunales.

El centro de Zadar es precioso, muy pequeño pero con carácter, todo lo contrario que Dubrovnick, que es grande pero la gente te habla como si se le acabara de morir la madre. Hay unas calles con edificios nuevos imitando el estilo antiguo, que son bastantes deprimentes, probablemente la especulación turística les llevó a reparar los agujeros de la guerra con ladrillo, en lugar de la piedra blanca, limpia y gastada que cubre las calles.

El hostel se esconde al final de un pasillo escondido, muy fácil de pasar por alto, se suben unas escaleras sobreacogedoras y somos tratados con una gran amabilidad. Pero el momento especial es cuando abrimos la ventana y vemos este amanecer




El aire se podía comer, el olor a frito era encantador. Costó un poco encontrar un lugar donde pudiéramos comer la cantidad merecida a un precio razonable. Pero valió la pena.

Por aquellos días la ciudad celebraba algo parecido a un hermanamiento con el pueblo israelí y había actividades por el casco viejo. La ciudad parece otra de noche y es entretenido pillar el puntillo bebiéndose todos los chupitos gratuitos que te ofrecían de Maraska, un licor del país.

Hay dos cosas que te regala la noche. La primera descubrir que al final de la isla se habían instalado una especie de silbatos que funcionaban con las olas del mar. También se flipa con las luces del suelo, en el mundo he visto nada igual.

Por lo demás poco que contar. Hay una iglesia convertida en tienda de suvenir, vale la pena pagar por subir a la torre en la plaza del Foro y el museo de arqueología tiene la segunda planta cerrada y no hay ni un cartel que te lo avise. Por todo lo demás poco que contar o ya lo he olvidado. Hasta pronto.

Recuerdos en tazas


Tengo adicción al café desde que empecé a descubrir el mundo por el otro lado. Existe un placer inexplicable por sentir el calor de una taza en la palma de la mano mientras sorteas que dedo sacrificará su sensibilidad esa mañana.

El café con leche marcaba el yo que despertaba del mundo de los sueños para empezar a vivirlos.

El envoltorio del azucarillo llevaba el nombre de la ciudad donde despertaba. Otros detalles marcaban la diferencia: un vaso de cristal o una taza que imitaba la porcelana, un plato que la acompañase, chocolatinas, galletas o nada, el periódico: conservador o progresista, o simplemente deportivo, el ofrecimiento de incluir unas gotas de licor, la dulzura o la masculinidad de la camarera, el grado de iluminación de la estancia, la puerta entreabierta, las mesas de madera o de mármol y hierro forjado o plástico, la forma como se calentaba la habitación, la percepción de peligro o el grado de hospitalidad, el escudo del equipo de la ciudad, televisión o radio, espacio para poder estirar las piernas y sentarse mal… cada uno era único e irrepetible y fruto de la cultura de las gentes.

El café era industrial en todas partes, demasiada delicadez para los tiempos que corren. Chicoria a la que nos tienen acostumbrados primero desde la pérdida de las colonias y después por los años del hambre. Intentan envolverlo en colores vistosos, resaltar su origen geográfico, pero sigue siendo el mismo sucedáneo. Más de un siglo de sucedáneo. El derecho a un buen café se perdió en 1898.

Probablemente usted siente una sensación similar, casi mística, pero más concretamente, se basa en una adicción para estimular nuestra productividad. El polvo en ambas circunstancias es el mismo. Pero enfrente de la lonja de Vigo, a las 7 de la mañana, donde el Sol saldrá una hora más tarde que en Portlligat y fuera cae una lluvia fría y un periódico gallego enfrente, una mesa de mármol y unos pies estirados, descalzos, cuyos calcetines se calientan encima de un radiador, los colores del Celta de Vigo que no se destiñeron tras tantos años en segunda división. La puerta está entreabierta porque existe un porche delante, anterior a 1898, cuando los pescadores descargaban sus barcas allí mismo, donde el mar naturalmente limitaba. La radio dice que el paro sube y habla sobre las nuevas corrientes de migración. En si, el vaso que compartimos está igual de medio lleno de la misma sustancia que el medio vacío de las cafeterías de oficinas, talleres, lonjas y gasolineras.

Sin ir más lejos, una semana atrás aguardaba el calor frente la tramuntaneta que se había quedado en nada en el Cap de Creus. Una buena compañía, ahora sin techo, sin puerta, una hora después del amanecer, a la misma que lo hacía en Vigo, recorriendo una ruta con la vista entre el mar, sin sobre de azúcar ni plato, vasos de cristal, Portlligat, pescadores y embarcaciones clasistas de recreo.

Usted dirá como dedica el fruto de su trabajo, si en gasolina o en café. Y entiendan como esta adicción, mucho más extendida que probablemente el tabaco o el alcohol, cuya olor es agradable, su intoxicación más longeva, su abstinencia menos desagradable y su evasión más discutible. Lleva en cada gota un milagro de todas las mañanas y un acto que muchos compartimos, como el de abrir los ojos o el de poner los pies en el suelo.


Atrapados en azul


Resulta que por más piedras que el hombre pula, las forme bajo su ingenio o las una y coordine para que su conjunto sea capaz de generar un sentimiento subjetivo en el observador activo, nunca podrán ser comparables con las que la naturaleza puso aleatoriamente en algunos escenarios singulares bajo conceptos tan sencillos como la presión, el tiempo y la erosión.

Puede haber tantos puntos de vista al respeto como personas en el mundo, des del convencido de que solo una divinidad es capaz de crear tanta belleza y con tal esmero, la incapacidad del hombre en igualar lo natural, la paralelización en un mundo perfecto platoniano, o la sobreposición del surrealismo sobre las normas del hombre. También hay quien piense que no hay que darle más vueltas al tema, pero no es mi caso, ni tampoco el de la UNESCO quien en los años 70 acordó registrar los lagos de Plitvice en su lista de Patrimonio de la Humanidad.

Para aquel entonces Plitvice se situaba en la parte occidental de Yugoslavia, ahora se encuentra a medio camino, un poco más cerca de la costa de la carretera entre Zagreb y Zadar. Y una parada obligatoria ya se proceda de la capital o desde Eslovenia. El paisaje es sobrecogedor, sobretodo cuando el autobús se desvía de la carretera principal. Donde en algunas localidades pueden observarse reliquias bélicas.

En temporada alta es preferible comprar el billete con antelación en la estación de autobuses de Zagreb y también el de regreso puesto que a pesar de la fuerte demanda existente son pocos los autobuses de esta línea que paran en los lagos. Pero no se preocupen porque el hombre es avaricioso y siempre espera una oportunidad para poder poseer más. Se trata del hecho que aunque vendidos todos los billetes del autobús el conductor calzará a todo el que no tenga objeción en hacer el resto del trayecto de pie. También se arriesgará a pasar unos meses en la cárcel por cargar paquetes de contrabando de señores que hacen señas al autobusero en lugares escondidos y quienes entablan un tira y encoge para sacar más o menos beneficio para el que confía de que otro perpetúe la ilegalidad con la exculpación de la inocencia.

Existen varias entradas al parque y aconsejo la primera que se encuentra primero viniendo desde Zagreb o Liubliana. El billete vale 10 euros para estudiantes y permite la entrada y salida tantas veces como se quiera del parque, también existe un pase para dos días por si les apetece acampar en el campin aledaño o revenderla. También existe servicio de guardarropía en la oficina de información y turismo como comercios con un precio asequible para los niveles medios europeos.

De todas formas, antes de entrar al parque quisiera darles dos consejos. Lleven calzado cómodo puesto que a los lugares más cautivadores solo se puede llegar por caminos complicados. No se preocupen si no traen bañador porque la natación está prohibida. Y tercero, no se preocupen si les está haciendo tarde y prefieren dar la vuelta, lleguen hasta el final del parque y tomen el autobús de vuelta (se parece al papa móvil), está incluido en el precio.

Y ahora volvamos a los hechos del narrador quien esperando para comprar el ticket se percató de anuncios ofreciendo el parque como lugar de celebración de bodas y de la ausencia de turistas españoles quienes aun sudamos un montón del ecoturismo.

Lo primero que nos encontramos al visitar el parque son unas vistas espectaculares de la gran cascada la cual puede debe ser visitada tanto desde su base como desde arriba, aunque esto cueste su trabajo. Una vez arriba te puedes mojar los pies en cauces secundarios y algo más tranquilos.

Luego empiezan a sucederse diferentes lagos de pequeña longitud y con casacas de un par o tres metros. El agua es cristalina y posee una tonalidad turquesa que aun no conocía. En las profundidades los peces parece que persigan a los turistas mientras andan por las pasarelas y aunque varios carteles indican con dibujos que no hay que darles de comer a los peces ¿adivinan quienes les estaban dando migajas de pan? españoles de los que aun no distinguen entre el ecoturismo y un verano en Benidorm. A parte se ven cantidades incontables de libélulas, mariposas y algún que otro sapo, pero lo que más me llamó la atención fue una anguila indescriptiblemente fea y terrorífica, que se escondía entre las algas y que esperaba el descuido de algún pez. No pudimos presenciar el espectáculo de la depredación pero si el de la cadena trófica de turista dando migas – pez - anguila.
Pronto se puede visitar unas cuevas a mano izquierda o seguir adelanta. Por mi parte recomiendo seguir adelante y reservar las fuerzas para lo que está a punto de suceder. Una vez se cruza al cauce derecho del río, el mismo donde hay las entradas recomiendo que uno se pare a comer puesto que a esa hora es donde cae la sombra. Más adelante hay un merendero, pero es ruidoso y huele a patatas fritas, aunque allí se encuentra la única fuente de agua potable que encontramos. De todas formas, todo tiene un aire de campamento de verano para gorditos de película norteamericana.
Es en el mismo merendero donde se cocina el plato fuerte de la visita. En un embarcadero doble dos barcos llevan a los turistas hasta el otro lado del lago más largo, unos tres quilómetros que se salvan en unos 15 minutos inolvidables donde el reflejo de los arboles en el agua turquesa que es capaz de hacer olvidar que en algún lugar del mundo te esperan responsabilidades. Del otro lado, si usted ha tenido suerte y ha recalado en el muelle de la derecha, va encontrar una orgia de sentidos que difícilmente va poder olvidar y que fácilmente van a infiltrarse en su subconciente para siempre. Nosotros tuvimos la “suerte” (intencionada) de ser los primeros pasajeros y escoger la primera de las filas, tiren de picardía para conseguir la misma oportunidad.
Solo permiten hacer la vuelta en barco en un sentido, para volver al coche o a la parada rústica del bus hay que coger el “tren” que guarda un cierto parecido con el papa móvil.

El autobús llegó puntual pero a reventar. Zadar quedaba a algunas horas de allí y los primeros minutos los tuvimos que pasar en pie puesto que el conductor estaba ahorrando y necesitaba aun más dinero. Una vez tomamos asiento vimos por la ventana llanuras parecida a la de las películas de vaqueros donde se veía el vuelo de varias rapaces y seguíamos un diminuto tendido eléctrico por quilómetros y quilómetros sin más vida que las aves y sus presas. Tanto abandono por parte del hombre había llevado al milagro de la reforestación espontanea y se observaban por todos lados especies autóctonas de árboles jóvenes. Siguiendo el criterio establecido de progreso esa porción de tierra se estaba deteriorando al ser entregada de nuevo a la madre tierra después de tanto sufrimiento por domesticarla, para mi era el más grande de los respetos.

Empezamos a deslizarnos cordillera abajo e igual que las pecas negras en un perro dálmata, las islas se sobreponían al mar, todo esto decrestando una sierra que bien se podía encontrar a 600 o 700 metros de altura.

Al descender del autobús nos esperaba una grata sorpresa.