2012 en la mochila


Los 365 días de 2011 han acabado. Y fue un buen año. A pesar de que la economía mundial pareció estallar por los aires dos o tres veces. Un movimiento espontáneo de indignación demostró que la comunidad se pueda organizar en colectivos sin gobierno ni representantes y este movimiento se internacionalizó más allá de lo que nadie podía pensar.

Mientras el mundo va celebrando de oeste a este imparablemente la llegada del nuevo año yo voy celebrando con ellos las nuevas amistades encontradas. Empezando por Zemmy de Tazmania, YiFang en Taiwan, Mia en China, Rashid en Nueva Delhi, Katye en Ekaterimburgo, Lina y Erce en Líbano y Turquía y luego será la hora para la CET, Polonia, Alemania, Austria, España,... e incontable gente que pasó por mi vida y que ahora viven para siempre en recuerdos imborrables... y seguirá por Imad de Marruecos, Alex en Leeds, Hata en Canarias, cruzará el Atlántico hasta Brasil, Perú con Jesús, Nicholle en Times Square, Hawai,...

Y algo que tan repetitivo como cumplir un año más se ha convertido, desde hace ya algún tiempo, una esperanza de unión que forjamos vagabundos, bohemio y soñadores. Que a pesar de los miedos somos la primera generación capaz de derribar los prejuicios por medio del amor y la amistad gracias a una comunidad global llamada humanidad.

Os deseo un feliz 2012 lleno de ilusión y fuerza para lograr nuestros objetivos.

Nos vemos en Sants.


Programados para la pasividad

Me gustaría saber que sucedería si estudiáramos a un grupo de individuos algo diferentes pero dentro de los parámetros de la normalidad. Que tuviesen sus necesidades básicas cubiertas por el esfuerzo de terceros (familia, rentas, el Estado,... ) y con un gran número de horas dedicadas para si mismo.

Los grandes pensadores y artistas tuvieron un entorno favorable para que pudiesen dedicar su vida a innovar. Imagínense de Newton sin la siesta bajo el manzano o Dalí sin tiempo para amar a Gala. Quizás la inspiración se aprovecharía mejor cuando se está descansado y las preocupaciones son puramente metafísicas.

El tiempo es más o menos el mismo para todos los humanos y aunque no lo creamos nosotros tenemos la última palabra a la hora de invertirlo. Según el marxismo todos los hombres disponen de al menos el tiempo y su esfuerzo para convertirlo en riqueza. Entonces la motivación para despuntar es innata? igual que la satisfacción por la superación o la decepción frente la mediocridad?!

Puede ser que la educación nos haya evocado a no aspirar a nada de nosotros mismos? Puede ser que el continuo acoso de los medios de comunicación haya calado en una población poco acostumbrada a tomar la iniciativa tras tantos años de caciquismo? La educación pública después de la democracia ha servido para preparar al hijo del obrero para afrontar el reto de escalar en la sociedad sin necesidad de la lucha de clases. Por el otro lado, lo ha dotado de la dignidad que antes no existía para no aceptar ciertos tipos de trabajo o las condiciones laborales. Por el otro lado, y a las pruebas me remito, no lo ha dotado de la iniciativa y la confianza para romper sus cadenas. Es este un fracaso o ya estaba intencionado? Yo no creo que sea un fracaso del sistema educativo; en los 90 tanto padres como madres trabajaban fuera de casa, los abuelos trabajaban también o intentaban vivir la juventud que la guerra les robó. Los niños volvían de casa solos con la llave en el bolsillo y llegaban a una casa vacía y con viedojuegos que incentivaban el individualismo. Quien sabe, pero el pesimismo está calado en la sociedad, aunque a mi parecer, los individuos de este país seguimos siendo felices. Quizás drogadamente felices.

Volvamos al experimento. Que porcentaje de esta gente con tiempo libre será capaz de formularse un objetivo? Los objetivos proceden de los sueños o ideas abstractas que se materializan de alguna otra forma. Existen económicos, sentimentales, deportivos, familiares,... el número de objetivos es proporcional a la complejidad de la persona, al tiempo que haya dedicado a leer, a viajar, a charlar, a conocer otras culturas,... y de todas estas experiencias el individuo es libre de escoger la que le aporté ideas favorables: por ejemplo es capaz de escoger su lectura, puede escoger los libros anunciados, muy vendidos, recomendados por grandes editoriales o libros consagrados, con un largo trabajo para redactarlos y convencer a algún editor algo arriesgado. Se pueden leer premios Nobel, príncipes de Asturias,... lamentablemente, la lista de los libros más vendidos acostumbran a ser pésimos y pocos de ellos serán recordados de aquí un siglo. De hecho son hasta ecológicamente insostenibles ya que emplean tapas duras y letras y un interlineado muy grande. Pero amigos míos: que clase de libros podemos comprar en estaciones de tren o aeropuertos? Porque triunfan tanto? Porque son sencillos de leer? Porque puedes compartir tus experiencias con muchos más individuos? Por el carisma del escritor?... Escritores "negros" trabajando para los escritores oficiales de editoriales pertenecientes a grupos de comunicación. Están apagando la que ha sido la fuente histórica generadora de sueños!! Sabían que las obras de muchos de los escritores más brillantes de la historia están libres de derecho? Sabían que escritores muy brillantes de nuestros tiempo regalan sus poemas en el metro a cambio de la voluntad? El mundo está loco.

Y si seguimos encontraremos otros ejemplos: películas de terror poco originales, superproducciones superficiales con efectos especiales... viajes programados en grupo que obstruyen la libertad y la pérdida de prejuicios... la poca valoración de lo gratuito... guetos raciales...

Con tanta mediocridad estamos entregando nuestra capacidad de soñar. Entonces cuales son las causas que impiden a las personas tomar sus decisiones? Una y muy evidente es el miedo a la soledad. Ser capaces de andar por un bosque solos por la noche no es tan fácil para el hombre común. Saber que estaremos aislados y/o obligados a estar en un entorno donde no conozcamos a nadie nos asusta. Dos, nos sentimos más a gusto en entornos conocidos, por ejemplo, durmiendo siempre en la misma cama de un lugar que consideramos seguro. Tres, estar rodeados de mediocridad nos complace. Cuatro, el miedo a perder lo que tenemos. Cinco, la decepción a no satisfacer nuestras expectativas. Seis, la capacidad económica. Siete, la dependencia a la comodidad. Ocho, la desconfianza hacia otras personas, tanto conocidas como para conocer. Nueve, la presión social o familiar. Y diez, el miedo a descubrir quien somos realmente, el miedo a aprender a escuchar la voz que nos incita a ser libres, el miedo a ver nuestro cuerpo desnudo delante un espejo y que no nos guste. Todas estas son más o menos importantes y es aquí, en el octavo párrafo de un post larguísimo y sin fotografías donde os rebelo cuales han sido mis motivaciones, sabiendo que serán poco leídas por el hombre común.

Ustedes realmente creen que mi vida va a ser la misma después de saber que hay gente que ha dedicado 3 meses a andar desde Holanda, Francia o Suiza hasta llegar a Santiago? Lo pueden leer aquí, pueden creerlo o no. Ustedes creen que algo me va a parar cuando he descubierto que se puede andar bajo la lluvia como quien anda debajo del Sol de primavera? Ustedes creen que puedo tener miedo al robo cuando he dejado todas mis pertenencias al alcance de cualquiera? Se puede morir buscando la libertad, y seguro que se pasa hambre o frío. Todos hemos sido programados para morir por la libertad en un campo de "batalla" como héroes, nuestras madres están programadas para pensar que fuimos héroes si se diera el caso. Pero la verdadera libertad es mucho más profunda y difícil de lograr y parte, primero de todo de un pequeño logro, la capacidad de generar sueños y esa capacidad debe ser educada, trabajada y compartida, por más que nos hayan programado para no tenerlos.

Villafranca de los Montes de Oca


El día que llegué a Villafranca se encontraba en un estado gripal casi moribunda. Villafranca era como una mujer de 80 años con mucha nostalgia que se despedía de sus últimos vecinos.

Como describirla: una carretera divide el pueblo en dos. Por ella transcurren aún muchos coches y sobretodo camiones que están construyendo la autovía, la estocada final para el pueblo. Hay muchas casas derruidas, sobretodo en el margen izquierdo y un restaurante de carretera a la entrada. El hostal es un antiguo colegio con aire tétrico y nostálgico por donde se ven unos chopos muy melancólicos por la ventana y los techos son muy altos. Hay otro hostal, privado, restaurado de un convento, propiedad de una familia de odontólogos y no muy queridos por la comunidad. Todo esto me recordaba a Macondo, después del abandono de la compañía de frutas.

Los habitantes juegan a cartas en un bar todas las tardes, que también es una tienda, aunque más que tienda parece que se estés entrando en un almacén clandestino de estraperlo. Vi como un señor gordo y bien vestido se acercaba al propietario que rondaba los 80 años -He oído que esta vendiendo una propiedad. -Puede ser, pero a usted no se la vendo- Contestaba el viejo orgulloso. Daba igual, el viejo moriría, los hijos heredarían, renunciarían a las posesiones de un pueblo sin futuro ni presente y acabarían vendiéndole al hombre gordo y bien vestido las propiedades sin saber muy bien para que fin a un precio mucho menor.

Quien crea que en este pueblo no hay gente ejemplar se equivoca. Lo puedo comprobar en la cafetería de carretera que hay a la entrada si pregunta por Franco o por "el Catalán". Un hombre con aspecto de Joaquín Sabina cuya vida se merece un libro y quiero honrar desde aquí.

El albergue público está regentado por dos hermanas (biológicas) voluntarias que se van turnando cada dos semanas y que se enrabietan cuando hablan del albergue privado y del estado del pueblo "es que nos quieres tenernos a todos en las capitales de provincia, pero yo nací aquí y aquí moriré". Le comenté a la señora que el albergue me daba mucho respeto y me parecía un lugar misterioso. - Nada, aquí no ha pasado nunca nada, puedes estar tranquilo.

Cuando volví para cenar acababa de llegar un peregrino veterano alemán quien le dijo como pudo a la hospitalera "aquí pasar algo otra vez yo hacer camino, hombre morir en hostal", lo que ella contestó "No, fue un americano que le dio un infarto, pero fue en la puerta y eso es la calle, aquí no se ha muerto nadie".

Unos 40 días después, habiendo cruzado ya el estrecho dos veces y habiendo dormido en el desierto y haber hecho tantas cosas como para olvidar lo que fue mi vida anterior seguía recordando Villafranca. Y ella se acordaba de mi. Recorriendo Cádiz, en el cartel informativo de una iglesia, pude leer que el retablo allí presente había sido construido en Villafranca de Montes de Oca. A lo lejos, en el corazón de Castilla, oía exalar el último suspiro de una mujer que deseaba morir y que también fue joven y bella.



De Santo Domingo de la Calzada a Villafranca Montes de Oca


Desde Santo Domingo a Burgos hay 72 km, pudiéndose hacer en tres etapas cortas o en dos de largas. Seguido por la motivación de un progresivo aumento en las distancias que recorría día a día y una creciente inquietud por saber el límite de mi cuerpo decidí hacerlo en dos etapas. Eso implicaba dejar atrás a los compañeros que me arropaban y con los que empezaba a nacer un vínculo emocional.

Y no fue muy complicado hasta que dos días después a la entrada de Burgos y a 6 kilómetros para el albergue me agarraba de a la reja de las oficinas de una multinacional con césped sintético o la pared de un prostíbulo abandonado porque mis talones no sabían distinguir si andaban sobre suela o sobre el suelo desnudo y las venas parecían a punto de reventar.

Ancha es Castilla
Después de los primeros kilómetros se bordea una autopista, la misma cuya construcción había provocado años atrás el descubrimiento del Yacimiento de Atapuerca, hoy patrimonio de la humanidad. La verja que separa los peregrinos de la autopista ha dado pie a un acto espontáneo de unión: durante kilómetros y años los peregrinos han ido introduciendo palos entre las rejas de la verja hasta construir un tupido muro. Tal iniciativa no la volví a ver hasta el aeropuerto de Santiago.

Aquí se cambia de comunidad autónoma y según mi opinión se invierte la belleza. A partid de ahora va a ser la naturaleza la principal fuente de inspiración. A la entrada de Castilla y León, tierra de Antonio Machado, se anda a lo largo de un valle cuya combinación de tonos marrones y verdes asombra hasta a las nubes. Campos de repollos, maíz, patatas o remolachas se iban intercalando por caminos bordeados de almendros, nogales y manzanos. Se acabaron los viñedos y sus dulces aportaciones.


Mapa de mi "casa" para los próximos días

Muchos turigrinos prefieren saltarse este tramo y toman un autobús hasta León, donde el camino vuelve a ser interesante. Durante los próximos 350 kilómetros el Camino va a ser monótono y recto y el alcance de la vista largo. La reducción de transeúntes permite nuevas sensaciones espirituales. El continuo ruido del viento permiten la perfecta conexión con uno mismo. Como un guatemalteco me describió varios meses atrás en Barcelona: "En la Meseta el alma se desprende del cuerpo".

Paisaje castellano
De repente los comercios dejan de ser abusivos y la comida es orgánica como antaño, enseñándome nuevos sabores cada vez más cotizados en la ciudad.

Aquí el campo se muere, pierde la juventud y el vigor de antaño. Cada vez son más las caras arrugadas. Cada vez es más fácil encontrarse mujeres de 50 años presumiendo irónicamente de ser la más joven del pueblo. Cada vez es más fácil oír que la vida es dura. Cada vez es más fácil ver escuelas cerradas reconvertidas en restaurantes (algunos también cerrados). Cada vez es más fácil ver casas sin ventanas. Cada vez es más fácil ver casas sin techo. Cada vez es más fácil ver arboles creciendo entre las salas de estar de estas construcciones efímeras de piedra. El campo muere y estamos asistiendo a su entierro.

El campo muere
Anuncios municipales en Grañón: a la izquierda: "se comunica a todo
aquel vecino que quiera leña pedida..." a la derecha "En breve WiFi en Grañón"
 una esperanza de futuro para el medio rural

De Nájera a Santo Domingo (II): Albergue, dulce albergue


Al final del día, los peregrinos escogen el lugar donde van a pasar la noche. Hay varias opciones para ello. Algunos viajan con su propia tienda de campaña, retirándose a un lugar solitario escogido por ellos mismos para reflexionar. Pero la mayoría escogen el albergue.

Hay tres clases de albergue. Los religiosos, acostumbran a pedir (o exigir) la voluntad, acostumbran a dar de cenar gratis y hay actividades de reflexión espiritual, en Carrión de los Condes las monjas te dan un concierto y una estrellita de colores, en Bercianos del Real Camino una cena buenísima, en Foncebadón te sientes como en el cielo y en León desayunas mermelada de las monjas. Nunca estás obligado a participar en ninguna actividad y no cuestionan para nada tu inclinación religiosa. Están regentados por voluntarios que se rotan cada 15 días.

En Carrión de los Condes en 2009

Los municipales están subvencionados por el ayuntamiento y hay de todas clases. Pero al menos existen puntos de reunión para intercambiar experiencias y hacer broma. A partid del O Cebreiro todos pertenecen a la Xunta y son particulares, porque hay cocina, pero no hay ni cacerolas, ni platos, ni cubiertos, ni nada de nada, y se justifican diciendo que ésta es una medida de prevención frente la gripe aviar.

Los privados hay de dos clases: los regentados por gente de los pueblos que no tiene ninguna vocación y se dedican a dar hospicio aprobechandose de subvenciones. Y los regentados por antiguos peregrinos que una vez completada su ruta decidieron formar parte del camino, por ejemplo el Ave Fénix de Villafranca del Bierzo o la Casa del Sol, y valen mucho la pena.

El de Santo Domingo es algo especial: es de los religiosos, limpio, grande, bonito, la cocina es espectacular y rebosante de comida cruda para el peregrino, además hay máquinas de refresco sin ánimo de lucro, sofás de cuero, parquet, habitaciones para roncadores, pantalla de plasma y una larga lista de comodidades que recuerdan más bien a un hotel que a un albergue de peregrinos. Solo le faltaba una sauna, y era cuestión de tiempo que la encontrara. 

Cena comunitaria en un albergue
Tanta sofisticación en medio de un entorno de reflexión, donde intentas evitar las facilidades de la vida que nos vuelven estúpidos y dependientes me hizo reflexionar. Cuando llegué al hostal podía haber andado hasta el siguiente pueblo para evitar todo, pero simplemente me sentí atrapado como una mosca por una luz lila. Sencillamente estamos programados para movernos hacia la comodidad, perdiéndonos el placer de lograr nuestros objetivos por el camino más enriquecedor.

De Nájera a Santo Domingo de la Calzada (I): la leyenda de la gallina que cantó después de asada


Hubo una vez un apuesto peregrino que pernoctó en Santo Domingo y enamoró a la hospitalera. Recibió ella un mal rechazo que no pudo aguantar y por despecho introdujo una bellísima copa de plata en su mochila. Avisó a todas las autoridades de la desaparición, quienes fueron registrando uno a uno todos los peregrinos hasta dar con la copa y detener al apuesto seductor.

La autoridad decretó orca y se ejecutó la sentencia mientras el juez se dedicaba a comerse un pollo bien asado. La hospitalera, conociendo la sentencia y su asqueroso comportamiento sintió una pena terrible y rezó para que Dios interviniera en pro del peregrino.

Las horas fueron pasando y la orca resultaba inútil. La chica fue a avisar al juez de que el reo no se moría, a lo que él contestó: "ese ladrón está más muerto que la gallina que me estoy comiendo" y al acto la gallina se emplumó y tomó vida.

Y tal milagro forzó la amnistía del sentenciado.

Dulces conmemorativos
En conmemoración la iglesia exhibe un gallo y una gallina en una jaula dentro de la catedral y que se van remplazando cada año. La catedral se visita bajo previo pago, pero vale realmente la pena. Yo tuve mucha suerte ya que esa noche se celebraba una misa cantada con concierto al final, todo ello gratuito y con monos de Prosegur en las puertas.

Al día siguiente, cuando le pregunté a los dos chicos de Ávila si habían visto al gallo, me quedé parado con su respuesta: "para que voy a entrar a ver yo el gallo, si yo tengo unos 2000"; siempre hay algo que te recuerda que debes trabajar, incluso en el Camino.

De Logroño a Nájera


Cuando esa noche llegué a Nájera me encontré a la sra.I al borde del infarto de risa. No había forma de entenderla. Por más "devagar" que hablase. Esa mañana iba andando a la salida de Logroño cuando un "oh moi deus" de su compañera le hizo levantar la vista y descubrió a un hombre desnudo, brazos en cruz que cacareaba un "buenos días peregrino".

Me contó eso mientras íbamos a comprar la cena. Cuando llegamos al super nos sorprendió que junto la comida se vendieran guitarras, violines y saxos entre otros. No había una sección para comidas y otra para instrumento, sino que si entre pan de molde y Cola-Cao cabía un violín, pues se ponía.

Se vende guitarra a 20 Euros el Kilo
La salida de Logroño tiene algo curioso. A lo largo de la peregrinación he encontrado fotografías firmadas en bares, albergues y mojones. Son de un tipo que peregrina regularmente y que vive en una barraca a las afueras de esta ciudad. Yo no la encontré.

Los dos siguientes kilómetros los hice con un jubilado simpaticón en paseo matutino alrededor de un lago. Había hecho las 5 variedades del Camino de Santiago y formaba parte de la asociación de amigos del camino. Tenía un rencor enorme porque habían perdido el derecho de explotación del Albergue Municipal, se le sentía realmente afligido. También me comentó como sus hijos se fueron hiendo uno a uno porque no habían oportunidades. Conversación muy común pasado Burgos.



El cuidador de Baco

La jornada es sencilla y entre viñedos, hecha para ser disfrutada. A mitad de camino se cruza un tramo con pilones de piedras hechas por peregrinos. Su significado ni lo conocía entonces ni lo conozco ahora, pero sin saber porque hice el mío propio, y quizás si, o quizás no, sigue en pie, mucho después de cruzar el pórtico de la Catedral de Santiago.

Columnas de piedras construidas por peregrinos

That's my spirit



De Los Arcos a Logroño


Los Arcos fue la última pernoctación en Navarra. Ella se despidió con un amanecer espectacular y una etapa relativamente fácil entre campos de tempranillo que anunciaban a La Rioja vecina. De aquí hasta Logroño hay muy pocos pueblos, así que hay que calcular las reservas de agua. De todas formas los racimos de uvas pueden ayudar (aunque se recomienda lavarlos si sois algo escropulosos).

Último amanecer en Navarra

La baja densidad de pueblos acumula peregrinos en sus
cafeterías y aumenta el nivel de cachondeo
La vendimia estaba en el momento álgido, en algunos lugares seguían el proceso tradicional pero empleando Igors y Mohammeds, por otro lado, con maquinarias que levantaban nubes de polvo pilotadas por veteranos. Referente a la elaboración solo habían fábricas que zumbaban y alguna que otra bodega donde habían coches de turistas en la puerta. A las fábricas se puede entrar con un poco de educación y suerte, en las bodegas hay que pagar para que te cuenten como se HACÍA el vino.

Estampa pre-riojana
Si algo tiene de espectacular esta jornada es el pueblo de Viana, último de Navarra. Está a rebosar de energía y monumentos notables aunque al entrar parezca algo decepcionante. Me llamó la atención las ruinas de un gran convento. En este país hay varias causas para que un convento esté en ruinas: las desamortizaciones a la iglesia del siglo XIX, las luchas de clase, la guerra civil, desastres naturales,... ninguna de ellas, eran los franceses de Napoleón en retirada, que aparte de expoliar, volaron muchas obras arquitectónicas en su vuelta a casa después de Bailén, tal como me explicó un catedrático de historia de las baleares que fue mi guía cultural y espiritual de las siguientes jornadas.

Logroño no me gustó tanto como Viana, es grande, y su casco histórico pequeño y lleno de transeúntes. Me llamó mucho la atención unos grabados en la fachada de la iglesia donde se puede leer que la ciudad agradece a Franco su cruzada contra el comunismo, es decir, que 30 años después de la muerte del dictador ni el gobierno ni la iglesia han considerado oportuno retirar el grabado: "España, vencedora del comunismo en las cruzadas que levantó en su día, busca la paz del imperio por la unidad, por lo grande, por la libertad y en el signo de Franco caudillo: VIVA ESPAÑA".

Si algo distingue a todos los peregrinos son las ganas de hacer broma cuando se plantea la más mínima ocasión. El caso fue que cuando hablaba por teléfono, todos se pusieron a patalear a mi alrededor.

Peregrinos de 5 países distintos burlándose de una
conversación telefónica madre-hijo

Compañeros de camino
Otra cosa que pasó en Logroño y surrealista donde las haya fue encontrarme la Policía Nacional en el albergue. La causa: un peregrino italiano los había llamado porque el agua de la ducha salía fría. Lo peor de todo es que me acababa de duchar con agua caliente y si hubiera sido fría tampoco hubiera pasado nada. Lo peor es que se justificaba diciendo que como había pagado 3 euros tenía todo el derecho a recibir agua caliente. Gracias a Diós, ese fue el último día que me lo encontré.

Empezaba La Rioja, cargada de uvas y leyendas, y acababa Navarra. Sobretodo empezaba un sentimiento de fuerza y confianza que se hacía más grande cada día al ver que lo lograbas y que aún me dura. Esta sensación era adictiva y no me extrañó que días más tarde, en Mansilla de las Mulas me encontrara un basco en su peregrinación número 18 (ida y vuelta). 

De Estella a los Arcos


A medida que pasan los días el cuerpo y la mente empiezan a cambiar. Lo noté cuando despertaba todas las mañanas a las 6 y empezaba la rutina a tientas de vestirme, recoger mis cosas, desayunar e irme intentando no despertar al compañero que había roncado contigo toda la noche; pero lo maravilloso es que no me levantaba ni cansado ni perezoso, sintiéndome como después del café y la ducha.

Otra cosa era el frío del amanecer, pero bien valía la pena andar los primeros kilómetros en la oscuridad hasta la primera cafetería abierta y ver salir el Sol día tras día.

El amanecer de Estella es algo diferente: tras andar algún kilómetro y cruzar el monasterio de Irache, uno se encuentra con las bodegas del mismo nombre. Lo particular de estas bodegas es que puedes saludar por una webcam a tus amigos mientras bebes de la fuente que da vino gratis. Después de tanto escuchar la existencia y la no existencia de esta fuente me sentía como si hubiera descubierta la Atlántida.

Fuente del Vino en las bodegas de Irache

Fuente de los Moros. Ni se os ocurra beber agua de alli
 Antes de entrar a Azqueta hay la Fuente de los Moros y merece la pena detenerse a visitarla. Los últimos 12 kilómetros hasta Arcos se hacen por un "secarral" como dicen mis amigos canarios, sin fuentes, sin sombra, sin nada, y de bien seguro hubiera enloquecido de soledad y aburrimiento si no hubiera recibido un bastonazo por la espalda. Era un maño (aragonés) que me saludo diciendo "bastonazo de la buena suerte". Hablamos y hablamos, él había empezado el camino en el GR11 y se había cruzado todos los Pirineos con un machete más grande que la palma de mi mano y su vida era espectacular. Pretendía llegar a Santiago en 15 días, haciendo etapas de más de 50 km, y sentí total admiración por su reto. Fue de extrañar que me lo encontrase en la misa cantada de Santo Domingo de la Calzada (si, si, donde la gallina cantó después de asada) 3 días más tarde, pero aún así, me hizo una ilusión terrible.

En los Arcos
La iglesia de Los Arcos es espectacular, aunque el pueblo no vale mucho en sí. Los hospitaleros del albergue eran 4 flamencos que apenas podían hablar castellano (por no decir nada), pero se hacían entender para decirte que dejaras fuera tus botas sudadas. También vendían conchas de peregrinos en la máquina expendedora de refrescos.
Monasterio de Los Arcos

Momentos álgidos de la cena
La cena comunitaria fue espectacular y estuvimos riendo horas y horas. Y eso que la mayoría de gente no entendía ni italiano, ni francés, ni portugués, ni español. Fue mágico que en esa Torre de Babel hubieran tantas ganas de entendernos.

Fui de los últimos en dormirme, eso comportó que al llegar a la habitación los roncadores ya estaban listos para el concierto. En concreto, un italiano que debió ser el tenor de Musolini dormía plácidamente roncando como deben chocar las olas contra el espigón minutos antes del apocalipsis. 

Los demás peregrinos sabían de este hombre. Todos me daban las buenas noches riéndose, dándome la mano, y yo, valiente, decía que eso no era para tanto. Y nada fue lo que dormí,  porque hasta las tres ese hombre no me dejó dormir ni a mi, ni a la pareja de canadienses, las tres coreanas y un francés que compartíamos el suplicio. Entonces se hizo el silencio y empezó el surrealismo. Y lo que pasó después me lo guardo para mi.

Vamos a andar

Nadie sabía la verdadera razón por la que andaba y quien lo sabía no compartía esa información con cualquiera: religiosa, espiritual, deportiva, personal, familiar... Había quien honraba a alguien que se murió, quien seguía los pasos de Pablo Coelho, quien quería sentir la utopía y la hermandad entre las personas, quien quería compartir un mensaje, quien había tenido un desamor, quien quería conocer un país, quien dejaba un vicio, quien querían un reto para sentirse más fuerte, quien estaba harto de su vida y la hipocresía de occidente, católicos koreanos recién convertidos, quien amaba la naturaleza.

Intento de llegar a Santiago en 2009

Me he sentido identificado con la canción de Silvio Rodríguez vamos a andar y quería compartir su letra:
Vamos a andar

En verso y vida tintos

Levantando el recinto
Del pan y la verdad

Vamos a andar

Matando el egoísmo
Para que por lo mismo
Reviva la amistad

Vamos a andar

Hundiendo al poderoso
Alzando al perezoso
Sumando a los demás

Vamos a andar

Con todas las banderas
Trenzadas de manera
Que no haya soledad

Vamos a andar

Para llegar
A la vida

De Puente de la Reina a Estella


Esta fue mi segunda etapa y la empecé con la ropa mojada que no se había secado del día anterior. Es curioso como la peregrinación va cohesionando a los grupos hasta perfeccionar el arte de la lavandería. Las primeras etapas yo, y casi todo el mundo andaba con la ropa algo mojada de lavarla el día anterior. Mi individualismo inicial me llevó a tomar una primera solución: enganchar con imperdibles mi ropa interior a la mochila, con el tiempo encontramos soluciones en equipo que nos permitieron andar con ropa seca, al menos las dos primeras semanas hasta llegar al Bierzo donde el otoño nos privó de tal placer.

Amanecer en Navarra
Esta etapa me dejaron dos momentos únicos, el primero, cruzar el Puente de la Reina antes de la salida del Sol. El segundo la entrada a Estella, algo difícil de olvidar. Entre medio se ven algunos pueblos de interés, como por ejemplo Cirauqui  y VillaTuerta.

Calle empinada y empedrada de un pequeñito pueblo de Navarra
En Villatuerta se dice que vivieron varios santos que en vida protegían al peregrino. Uno de ellos al morir y para solucionar una disputa sobre su enterramiento, ataron su cuerpo a una mula y allí donde la mula caera muerta por cansancio se construiría su ermita. Esta leyenda está representada con frescos en la iglesia del pueblo y una simpática voluntaria se dedica a repetirla a quien la quiera oír.

Entrada a Estella
En Estella se puede visitar el museo del Carlismo gratis si eres peregrino. No merece mucho la pena y la historia me pareció algo distinta a lo que había aprendido en el colegio. Pero hay alguno de los cuadros originales que aparecían en mis libros de texto.

Estella también tiene unas vistas preciosas, de los varios peñones que le rodean uno está coronado por una ermita con vistas espectaculares. Allí me tropecé con otra apocalíptica, fanática de las misas en latín y que afirmaba que los comunistas eran enviados del demonio.

Vistas desde un peñón sobre Estella

De Pamplona a Puente la Reina


Necesité un día para cubrir esa distancia y tuve unas condiciones meteorológicas excelentes, incluso calor al medio día.

Dejar Pamplona es como dejar cualquier otra capital: andar por calles asfaltadas, donde es tan fácil perderse como reengancharse gracias a la ayuda de los amables ciudadanos. Se ven muchos monumentos relativos al camino que antaño estaban a las afueras de la ciudad y que se ha tragado el aumento demográfico. Me llamó la atención, casi al llegar a Cizur Menor, la Universidad de Pamplona, cuyos manuales me enseñaron Java hace ya 5 años y que ahora tenía delante mío.

Luego subí al alto del perdón, el primer puerto, donde me esperaba un monumento bidimensional y un senegalés repartiendo propaganda de un albergue privado (El senegalés había subido en coche), a parte de rachas y rachas de viento. Sentí un poco de vergüenza al ser superado continuamente por jubilados de la capital que andaban mucho más rápido que yo. Este punto divide el camino de las Estrellas con el camino del Viento.

Una vez arriba empiezan los pueblos pequeños y a inflarse los precios de los menús, comidas u otras cosas que el local no necesitara pero el peregrino sí. Me sorprendió el número de inmigrantes que atienden en tiendas de pueblos remotamente perdidos. También me sorprendió lo divertidas que son las personas aquí; me paré a hablar sobre calabazas con un hombre que paseaba la suya alegremente con una carreta:

 - Allí en las montañas, hay un vasco que cultivó una de 400kg
 - ¿En serio?- contesté yo
 - Y después se la comió - me contestó riendo mientras se metía hacia dentro de su casa.

Primeros paisajes rurales de Navarra

En el camino de bajada abundan las piedras, y es arriesgado bajarlo "a la torera". No me topé con el suelo pero si con el primer apocalíptico del camino. Los apocalípticos son esa clase de gente que se ven en la misión de recorrer el camino informando de una revelación que tuvieron y la verdad: hay más de los que pensaba. Este en concreto era un peruano residente en España que me paró, y mirando el suelo, como quien comparte un chivatazo, me dijo "Papito [Diós], está a punto de llegar". Como apocalíptico no fue de los más particulares, pero fue el primero, para Hercolabus aún faltarían días, igual que para el templario de Manjarín.

Yo posando delante de un pueblo abandonado

Hora de pasear las ovejas

Ya a punto de llegar a Puente de la Reina me puse a contemplar un caserío impresionante. Agarré al primer transeúnte (una abuela con su nieto saliendo del colegio) y le pregunté que sabía de la casa. Solo me dijo que pertenecía a una familia que vive en Pamplona, propietaria de tierras y que solo se vienen al pueblo para la cosecha. España, sigue siendo un país de caciques.

Pronto después llegaría al final de mi primera etapa, Puente de la Reina, punto de unión del Camino Francés con el Aragonés y sustentadora de iglesias y un casco histórico antiguo y entrañable. Y lo más sorprendente, un puente larguísimo, que según la tradición, debe ser cruzado descalzo.

En este pueblo tomé el primer contacto visual con las personas que después fueron mis compañeros más entrañables y que con más amor recuerdo.

Por otro lado, en este pueblo conocí los efectos místicos de este camino en boca de otra persona, una americana que hace tres meses y después de tener una visión, compró un billete para Francia y empezó el camino, que ahora ya estaba haciendo de vuelta. También conocí a un sueco que se parecía a Alexander Supertram de la película Into The Wild y que lo hacía con su perro al más puro estilo aventurero, durmiendo al ras todos los días. La Sra.I, la Sra.R y el Sr.J también fueron vistos aquí por primera vez.

De aquí en adelante tampoco me olvidaré del olor de los pimientos asados y de las ristas desecandose en los balcones.

Puente de la Reina

Pamplona: Hemingway was here


Amanecí cansado en una de las ciudad más bonitas donde he estado. Me sorprendió que de ella (e igual que el 99% de turistas) solo conociese San Fermín. Su origen es igual de bonito: 3 pueblos cercanos y enemigos desde tiempos inmemoriables se juntaron bajo orden real, se construyeron edificios públicos entre estos pueblos y sistemas comunes de defensa, desde entonces la ciudad gozó de prosperidad.
Monumento a los mozos

Algo que me sorprendió fue la sobrepromoción de Ernest Hemingway, quien, en su libro Fiesta popularizó esta ciudad en los Estados Unidos. Estatuas, recuerdos, nombres de establecimientos,... hubiera deseado descubrir o tropezarme con alguna imprenta suya y secreta, por ejemplo, una pintada en la pared de un lavabo diciendo "Ernest was here".

Plaza del Ayuntamiento
Recorrí la calle Estafeta una y otra vez y contemplé la plaza de toros donde los mozos respiran aliviados cada 7 de julio y la plaza del ayuntamiento donde se canta el "pobrecito de mi", que por cierto me pareció muy pequeña. (Video de un Encierro)

En el albergue ni rastro del hombre que no me abrió la puerta anoche, en cambio, muchos peregrinos muy agradables con quien compartí mi primera cena y muchos de los cuales no recuerdo haber visto nunca más.

Por la tarde fui a ver el último partido del Barça que vería en una buena temporada. A la media parte, en el lavabo, en un arrebato de inspiración y después de inspeccionar una puerta llena de pintadas (probablemente de peregrinos), pensé escribir "Dani estuvo aquí", pero a última cambié de idea:  "Dani And Ernest were here" dejando la justificación de mi acto abierta a la interpretación del lector.

Jardín creado en el antiguo foso de las murallas

El viaje del Snark


A principios del siglo XX no existían los medios de comunicación ni de transportes actuales. Esto encajonaba a la mayoría de las personas a nacer, crecer y morir a pocos kilómetros de distancia o basar su viaje en una inmigración dolorosa sin retorno.

A principio del siglo XX la mayoría de personas creían que todo ya estaba descubierto y a la vez desconocía gran parte del mundo o lo cargaban de leyendas o prejuicios. La percepción de que todo está descubierto sigue siendo la misma pero las causas que motivaban a alguien a viajar o a permanecer en su rutina ha variado notablemente.

A principios del siglo XX Jack London, socialista y vagabundo de las estrellas se embarcó con su mujer y un amigo en un barco diseñado por ellos mismos a pesar de no tener el más mínimo estudios de navegación. Querían conocer los mares del sur, la porción de agua más grande del planeta y dar la vuelta al mundo.
Aquí va un consejo de London:

" Una vida vivida es una vida con éxito, y el éxito es lo que nos permite respirar. Superar un dificultad importante significa adaptarse a un entorno muy exigente. Cuanto más nos cueste alcanzar la meta, mayor será la satisfacción que sentiremos al lograrlo."

Y sobre los miedos o la debilidad: "Aquí estoy, un pequeño animal llamado hombre, una pequeña cantidad de materia viva, sesenta y siete kilos de carne y sangre, nervios, tendones, huesos y cerebro: todo ello muy blando y delicado, fácil de estropear, falible, frágil. Si le doy un ligero bofetón a un caballo más tozudo de la cuenta, me rompo los huesos de la mano. Si sumerjo la cabeza en el agua durante más de cinco minutos, me ahogo. Si me caigo desde seis metros de altura, me descalabro. Soy un ser muy sensible a la temperatura. Unos pocos grados para abajo y mis dedos y orejas no tardarán en ponerse oscuros y acabarán cayéndose. Algunos grados para arriba, y mi piel se cubrirá de ampollas y llagas que me dejarán en carne viva. Unos grados más en cualquiera de los dos sentidos y la luz y la vida se alejarán de mi cuerpo. Si una serpiente venenosa inyecta en mi cuerpo una gota de veneno , dejaré de moverme. Una brizna de plomo que salga de un rifle para penetrar en mi cabeza, y me veré envuelto en una oscuridad eterna."

Esto solo es un pequeño párrafo de su prólogo, pero aquí viene su gran conclusión: " Yo tendré que buscar mi camino entre la confusión y el caos producidos por los conflictos de estos potentes y sedientos titanes. Esa pequeña porción de materia viva que soy yo tendrá que triunfar sobre ellos. Esta pequeña porción de materia viva se considerará divina si logra domarlos y ponerlos a su servicio. Es bueno vencer una tempestad y considerarse divino. Estoy seguro de que cuando una porción finita de materia viva gelatinosa y pulsante se siente divina, experimenta una sensación infinitamente más gloriosa que la de un Dios sintiéndose divino."

Compré este libro en mi día 64 de viaje, y ya había experimentado la sensación de ser una masa gelatinosa descendiendo por el O Cebreiro bajo el temporal o achicharrandome por la Meseta, muerto de frío en los Atlas, contando estrellas en el desierto o descomponiéndome en Lisboa. Yo hubiera sido incapaz de describir la fascinante sensación de llegar a un lugar y saber que lo has conseguido por tu propio pie. Solo hubiera añadido una cosa, cuando llegas a un lugar, crees rotundamente que te encuentras en el momento idóneo, el más esplendoroso y que por alguna razón, tanto media hora antes como después no hubieras encontrado ni la belleza, ni emoción, ni la singularidad, ni la soledad, ni la reflexión que yo buscaba, y es entonces, cuando además de divino, te sientes afortunado.

El primer día


Rompo la secuencia cronológica de este blog para retomar, bajo algún (o ningún) criterio lo sucedido durante este viaje (aún sin nombre) de 79 días y que me parece justo compartir.

Al igual que la madrugada del 1 de octubre hoy es un primer día, y los primeros tienen algo en común: no se parecen en nada a lo que esperabas y te pillan con el pié cambiado, pero es el deber de uno reaccionar lo más rápido posible a pesar que darse la vuelta pueda ser una solución, es la forma más rápida de defraudarse a uno mismo. En realidad, los primeros días son muy laboriosos, porque en ellos se cimienta el castillo que hace tiempo construiste en las nubes.

Mi primer día comenzó muy temprano, a las 4:30 un sábado en Pamplona, en un autobús repleto de personas que salió a las 22:00 con Imagine sonando en la radio. Atrás quedaba Sants y meses muy intensos e inolvidables.

El autobús con dirección a Irún nos dejó en el exterior de la estación ya que ésta permanecería cerrada hasta las 6:00 de la mañana y yo me puse a buscar el albergue de peregrinos. Fue fácil con el GPS del móvil que me prometí no volver a usar en el Camino. Lo difícil fue hacerle entender al hospitalero, un hombre ataviado con un traje de peregrino, que fuera hacía mucho frío. Una conversación no verbal a través de una ventana era suficiente para entender que no estaba dispuesto a abrirme la puerta. Y así me encontraba yo, con poca ropa de abrigo, agarrado a los barrotes de una ventana para poder hablar con el hospitalero.

Aspecto de una calle desértica a las 5 de la mañana
Solo había una forma de no pasar frío: andar. Busqué el Santo y el recorrido del encierro de San Fermín. Luego por las calles y plazas del Navarrete, donde los bares estaban hasta la bandera y en las plazas se hacía botellón libremente bajo la mirada de un peregrino, con frío y cansado, a pesar de no haber andado su primer kilómetro. Mi presencia se hizo notar enseguida y la gente empezó a animarme y a chillar "Peregrino, buen camino!!!" y aun eran las 5:00 de la mañana.


A las 6:00 me encontraba en la puerta de la estación, detrás de un africano y delante de una mujer mestiza americana, ambos con pinta de haber pasado una noche de mucho frío en la calle. La cola estaba encabezada por dos chicas muy arregladas que venían de fiesta. A todo esto, tres chicos que por allí pasaban y hartos de vino, se quedaban mirándonos "vaya estampa" decían como si no les pudiera entender.

Mítica calle pamplonica
Al abrir dí una vuelta por la estación buscando información sobre el autobús que saldría hacia Roncesvalles; mala suerte, tendría que esperar hasta el lunes a las 6:00 con lo que no empezaría a andar hasta el martes. A esas fui a buscar el lugar más cómodo para dormir en una estación de madrugada: el lavabo.

Y allí me encontraba yo, haciendo tiempo, pasando el frío y enfadado porque mi falta de planificación me había hecho renunciar a la etapa de Roncesvalles. Ese día, mientras yo esperaba y dormía en una plaza y me preguntaba que demonios hacía yo aquí, cruzaron la ciudad muchos de los peregrinos que me encontré durante los siguientes 30 días. Fue un prologo original, para nada divertido, pero literario y sobretodo educativo:

Ahora se que llegué a Santiago y más lejos, que lo logré por mi propio pié, que tuve que solucionar muchos otros problemas a pesar que lo que primero que pregunté en información era cuanto costaba y cuando salía el primer autobús para Barcelona. Y si hubiera vuelto atrás, ahora no podría contar lo que escribo.

Esperando el expreso de Tanger

A dia 63 de viaje ya no soy para nada quien fui al salir, y espero no volverlo a ser.

Aun queda un poco, un último esfuerzo para encontrar la esencia de este mundo que gira y gira desde hace siglos y lo seguirá haciendo mucho después de que acabe este viaje. Donde he aprendido que a cualquier latitud hay gente que se muere por darte una mano y suena algún día coger también la mochila y deshacer las cuerdas que le atan a una vida monótona y gris y quizás alguna injustica social.

Del material con el que salí de casa solo queda un saco de dormir que huele a perro muerto y que nunca consigo la oportunidad (ni las ganas) para lavarlo. Unas botas agujereadas por los crampones que use en el Tubkal y una suela casi lisa, a la vez que unos cordones deshilachados que Oso me regalo al reventar los míos descendiendo el O Cebreiro y que solo cargo por no haberme traicionado y ser una de las culpables de que hoy en dia siga kicking the road a pesar que sus casi 2 kilos me empujen hacia abajo. Una bufanda y un gorro de lana que perdieron el sentido en África. Un calzoncillo y dos pares de calcetines que se niegan a agujerearse. La mochila que bautize en Beget hace diez anos. Las postales que no consigo enviar. Una literna a medio uso y un jersey rojo del Decathlon. Y una gorra de Croacia que un gran amigo me regalo y que es sin duda el elemento mas kich de cualquier fotografía.

Lo que hay en mi mochila han sido recuerdos materiales de amigos, caminantes y compañeros de aventura que encontré por pura casualidad. Un libro de pablo coelho dedicado por Fernando de Brasil o la siempre alegre Iris que me regalo una lembransa da bahia, la pulsera de despedida del camino de la Salamantina mas radiofonica que existe, la camiseta de mis argentinos favoritos de Coruna, la piedra de la cima del Tubkal, el pitufo del pequeno Ali de Salem, el frijol guatemalteco de Bettina, las piedras del Rif de Imad, ... y sobretodo los recuerdos inmateriales y las horas de nostalgia que me acontecederan.

Este viaje es un sueno de un domingo sabiendo que el despertador sonara a las 6:30 de la manana y que tocara ir a trabajar sin haber descansado lo suficiente, que el siguiente viernes esta lejos y los buenos recuerdos me harán estar por las nubes cuando el jefe me hable. Pero por ahora se esta muy bien debajo la cobija esperando el tren express a Tánger.