El Sol en Bercianos del Real Camino


Si vas a dormir en Bercianos del Real Camino debes saber que el albergue es una casa de barro y solo por eso ya merece la pena quedarse a dormir. Dentro, parece que todo vaya a caer, si al final decides quedarte aquí puedes tratar de convencer al máximo número de peregrinos para que salten a la vez y verás como la casa no se derrumba. Yo convencí a 7 para saltar y mi tobillo inflamado lo lamentó mucho más que el edificio.

Otra costumbre que se tiene aquí es la de ver el atardecer junto a unas casas en ruínas y luego se hace una reunión de amistad junto a una vela, en la mía 3 mujeres se pusieron a llorar y un brasileño leyó un poema suyo en portugués que parecía que no iba a acabar nunca.

Y la razón definitiva, aquí se cena por la voluntad. En mi caso una olla llena de verduras y chorizo, todo cocinado con el tomillo que crece en las paredes de la casa.

Casi olvidaba, a la hora de comer, la sra.I me alcanzó. Después de perderla en Santo Domingo el camino había sido diferente. Y junto a ella mi hermano Fer, Aparició y su callado donde estaban escritos los nombres de los peregrinos con quien se había cruzado.

Compartiendo el atardecer en Bercianos

Compartiendo cena con mi nuevo amigo Jordi



No hay comentarios:

Publicar un comentario