De 0 a 1000: de andar a compartir


En el arte de vivir se encuentra el placer de valorar los pequeños éxitos. En esta noche de Reyes, tan mágica para todos, estoy celebrando la visita número 1000, víspera de la 2000 y espero que de más.

Para mi escribir y viajar son dos necesidades que se retroalimentan. El hecho de compartir con ustedes una porción de mi experiencia tiene varias razones y una de ellas es demostrar, en un país donde aún no se practica mucho, que viajar sin planear, bajo el sentido del instinto, la soledad y poco dinero, es una buena forma de conocer la realidad que nos envuelve y tomar consciencia de los problemas que debemos erradicar de la sociedad.

Ser tratado como un mendigo por los opulentos y como un hermano por los demás ha despertado en mi la idea clara de que el mundo gira por la codicia y que por esta causa se mueve hacia su fin.

A ustedes quiero agradecerles los minutos que han dedicado de su tiempo a andar conmigo, aunque casi siempre estuve solo, encontré amigos allí donde llegaba.

Muchas gracias


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