Un León para comérselo


Aun hacía mucho frío cuando llegué a León e intentaba buscar un lugar soleado y cómodo para esperar a mis compañeros. Pero los pocos que habían estaban ocupados por jubilados, parados y borrachos. Era tiempo para disfrutar del paladar en la capital de una provincia donde se podía disfrutar de verdaderos manjares en un barrio que se llama el Húmedo, quizás el único lugar de España donde los restaurantes aún no pertenecen a Chinos.

Sin ton ni son, en la Plaza Mayor, una mujer mayor me contó la historia del lugar. "No, es que yo lo escucho de las guías desde hace año y me gusta contárselo a los peregrino- decía algo tímida" que gusto encontrarse gente así en todos lados. No como la mujer que, tumbado en el suelo de la plaza de la catedral, me dijo, -juventud, divino tesoro- y ella se sorprendió cuando contesté -que te vas para no volver-. -¿De donde eres? - Barcelona - Oh, catalán, sois unos judíos, y los judíos os caracterizáis por querer acaparar-. Bueno, no fue exactamente así, pero se resume así (y siendo políticamente correcto).

La casa Botines fue un proyecto que Gaudí realizó para  un empresario de la industria textil. Ahora pertenece a un banco y no es visitable y no funciona decirles que trabajas en el banco, porque no les hace gracia. La catedral está en restauración y se puede visitar la plataforma que hay a la altura del rosetón.

El albergue es un poco extraño, echan el cerrojo a las 22, y te dan de desayunar, pero una voluntaria te pincha para que des "un buen donativo".

Catedral de León

Siesta con Gaudí

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