Recuerdos de Cádiz

Cádiz es una ciudad más forjada por estar en una encruzijada geográfica altamente deseada por varias culturas desde la antigüedad.

Vista lejana de la Catedral de Cádiz
Cadiz
Se disfruta con los cinco sentidos, con una vista sobre el puerto y sus fortines que se lleva el premio del mejor atardecer de este viaje, el oído ya que varías peñas flamencas, ya sea ensayando a puerta cerrada o exhibiéndose en la plaza, o el gran número de placas que rememoran los lugares donde vivieron los más ilustres interpretes e incluso donde nació Manuel de Falla. Fue muy curioso cuando en la Merced vi un hombre santiguándose frente la estatua de bronce de un cantaor. Con el olfato se llega a cualquier freiduría que se encuentre a un kilómetro de distancia y por supuesto con el gusto se puede saborear y si es acompañado de un vino fino, pues mejor. El tacto es el sentido más difícil, pero solo con él se puede entender la excepcional arena de su playa, esponjosa como una musse.

Las chicas son extremadamente guapas y muy extrovertidas y parece que aquí ellas lleven la iniciativa, a parte de arreglarse mucho mejor que en Barcelona. Mucha gente disfruta tomando cerveza en la calle y se hace acompañado de familiares o de amigos y a todas horas. La gente sale de fiesta desde muy temprana edad y parece que aquí debido al calor y al ritmo de vida entregado al disfrute uno llega a la pubertad un poco antes (y sale un poco después).

Minutos antes del atardecer en Cadiz
Es denso el número de edificios notables ya sean religiosos o civiles y de todas las épocas, desde un teatro romano hasta una cárcel barroca y una catedral con una fachada excepcional. Varios barrios recuerdan a la Habana Vieja que he visto en documentales.

Las calles están llenas, los bares también, tabernas, plazas, ventanas, esquinas, comedores, paseos, playas,... y eso que solo quedaban unas semanas para Navidad. También me resultó curioso el gran número de vendedores de hachís y de timbas clandestinas de Bingo.

Por cierto, Cadiz es la otra ciudad Pancho Tours. Así que ahora vamos a hablar de Pancho Cádiz: esta empresa pregonera del turismo cultural para posadolescentes pudientes y que ya se habló de ella en Sevilla, ofrecía una visita cultural por la ciudad, otro Free Tour, además un Pub Crawling por la noche. Adivinan que?¿ cuando en el Pub Crawling le pregunté al responsable a que hora se hacía el Free Tour me contestó: "que va, eso ya no se hace, la gente lo que quiere es irse de fiesta". En verdad, hay mucha caspa en las empresas que trabajaban con los hostels.

Los hostels se están degradando a un ritmo preocupante hasta para la Unesco, sobretodo por la cada vez más selectas personas que atienden a ellos esperando recibir los lujos de sus casas. Aquí me veo obligado a hablar de la estudiante francesa que se puso a llorar a lágrima viva porque el agua caliente de la ducha no iba bien.

Cádiz puede ser uno de los lugares más maravillosos de la Tierra, acuérdense que mañana pueden expirar su último anhelo y se habrán perdido varías maravillas que solo se puede ollar aquí. Solo les quería recordar que son mortales.

No hay trampa, no hay cartón, Cádiz mola mogollón

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