El vagabundeo y sus increibles ecos en el tiempo

A que pensabais que todo estas experiencias acaban el día que vuelves a casa, no?? Pues lo cierto es que ni han acabado ni siquiera se asoma el más mínimo síntoma de agonía.

Una conclusión que saqué fue que todas las vidas están entrelazadas a niveles mucho más incomprensibles de lo esperado. Una razón es la globalización, la otra el azar.

El caso que aquí hos describo es el de la chica que sonríe en esta foto. Es la primera foto de su camino, es australiana y empieza con una mochila de 13 kilos desde Atapuerca hasta Santiago. Yo la conocí más tarde y la volví a encontrar una vez acabado el camino en Santiago, y en Sevilla, unos 20 días después.

Atrás, a medio Sol y sombra aparece el "vagabundo" que aquí les escribe. No hace mucho calor, pero el Sol y haber andado durante 4 horas le han obligado a guardar su único jersey. Ese chico soy yo y aparezco allí por pura casualidad. Y lo mejor de todo es que hasta la fecha es la única muestra de mi viaje que ha sido tomada con total inconsciencia: sin posar, ni sonreír, sin aparentar. Yo, y ya está.

Me ha sorprendido la pequeñez de mi mochila por dos razones. La primera porque me vuelve a sorprender que lo que allí dentro tenía me bastaba para vivir, la segunda, porque aunque parezca ligera, ese día, me parecía una carga enorme.

No me acuerdo en que estaba pensando, seguramente que tenía hambre y que el tobillo me iba a estallar. Seguramente estaba recordando los Montes de Oca y me animaba para subir la Sierra de Atapuerca. Seguramente estaba pensando llamar a casa para decirles que estoy bien. Pero no me acuerdo, todos son suposiciones distorsionadas. Pero esa foto tomada al azar es totalmente lo que fui.


Thanks A. I wish you a Buen Camino


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