Doñana: en el jardín del Edén

Le puedo hacer una foto?¿- Claro, fotos mías hay por
todo el mundo
Cuando el día anterior me acosté solo sabía que a las 11 salía un autobús hasta Sanlucar desde Cádiz, sabía que Sanlucar estaba en el margen sur del Guadalquivir, lo que significaba buscarmelas una vez allí para cruzar el río hasta llegar a la Reserva, sin la certeza de que lo lograría. Aún así la única forma de cruzarlo pasaba primero de todo por tomar el autobús.


De camino hacia allí recababa en el papel de este pueblo, antes primera ciudad que los navegantes que llevaban un mes navegando desde América divisaban y desde donde Colón salió en su segundo viaje. De todo ese pasado transatlántico a penas se observa nada, pero si haciendas espectaculares, quizás de indianos o señoritos y un gran número de bodegas cuyo olor delatan que siguen en pleno funcionamiento.

En la orilla había un barco atracado que ofrecía cruzar a los viajeros el río, el hombre me dijo que la ida y vuelta costaban 8 euros, pero lo que me gustó fue la conversación que surgió después, "señor, usted cree que pueda encontrar algo para comer al otro lado?""Al otro lado? Al otro lado no hay nada", pagué 10 euros por cruzar las Rías Baixas para desenbarcar en otra ciudad, 10 también para acabar llegando a Tanger, 8 euros servían para cruzar una distancia inferior al kilómetro, pero me llevaban a la nada, y os aseguro que al otro lado no había nada. Los únicos turístas que habían cruzado esa mañana eran una pareja de ciclistas de Santa Coloma de Cervelló.




AVAGABUNDEAR!
Un crujido me recibió y me acompañó todo el día, eran pechinas, ostras, ramas secas, y demás cosas que pisaba y aunque intenté por un momento evitarlas, un pasillo de unos diez metros que iban desde un río en marea baja hasta el rompiente de la marea replicaba los empedrados de las calles mayores de los pueblos.

No habían pisadas de personas, solo unos pneumáticos del Seprona, y unas ruedas de ciclistas que ya habían desaparecidos. Ni a izquierda ni a derecha había nadie y me reí mientras me compartía en materia gaseosa... ese era el mundo que había en la Tierra antes de que el hombre contralará el fuego, la germinación de las plantas, y se empeñará en destrozar todo para mejorar la calidad de vida y garantizar el aumento de población.


Cuando me convertí en viento

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