Juegos (VI): las putadas

Esta colección de juegos recoge lo que su título indica. Consisten en ciertos esqueigs que no tienen más intención que reírse del que las sufre, hasta en algunos casos, hacerlos llorar.

Siempre empiezan igual, se piden a unos cuantos voluntarios que abandonen la sala. También se encarga a un guardián que los hace pasar uno a uno.

El narrador explica al público el juego y como deben actuar, y de buscar (y esconder) el material cuando haga falta.

La gamba

Se le pide al que pringa que interprete dos animales haciendo mímica. El primero, ha de ser un animal muy fácil, como por ejemplo el elefante, el segundo, es una gamba, que como os imagináis nadie sabe interpretarlo sin hacer el ridículo.

Evidentemente, el público sabe de antemano cuales son los animales que va a interpretar y dice rápidamente que está haciendo un elefante.

Cuando le toca hacer la gamba nadie del público va a decir ese animal, sino que va a decir cualquier gilipollez que se le ocurra. Cuando ya te has hartado de reírte de la persona todo el mundo chilla bien fuerte: "Es una gamba".

La manta

Al que pringa se le pone estirado en el suelo con la cabeza mirando para arriba y cubierto totalmente por una manta. Se le dice que se ha escogido una pieza de ropa que lleva encima y que la debe adivinar. Si la adivina se acaba el juego, si falla, se debe sacar la que ha dicho.

Efectivamente, la solución no es tan trivial, puesto que siempre será la manta la pieza de ropa que debe de adivinar.

La víctima dirá siempre cualquier pieza de ropa hasta quedarse desnudo/a. Entonces, se tira de la manta y la persona aparece en paños menores

El campo de minas

Se llena el suelo de objetos valiosos, por ejemplo gafas, móbiles, carteras, llaves,... cuanto más frágiles y caros mejor.

Se le enseña el panorama a la víctima y se le enbendan los ojos. Se le dice que debe pasar por el campo de minas sin ver y que escoja a una persona de su confianza para que la guíe.

Una vez se ha bendado se retiran todos los objetos y se le hace andar por la sala haciéndole creer todo el rato que va a pisar algo.

El lisiado

Para este juego se necesita un melocotón. Se debe cortar por la mitad y sacarle el hueso. Por el hueco que queda se calienta un poco con un mechero.

Efectivamente, acabamos de recrear un ano.

Se presenta una persona y se le cierra los ojos. Se le dice que pronto va a venir un amigo suyo de la guerra y que ha quedado lisiado.

Se le hara palpar al amigo... los ojos, las orejas, el tronco. Se doblara el codo y la pierna de tal forma que parece que tiene un muñón.

Se le susurrará que se baje los pantalones y que se de la vuelta. La víctima soló oirá y se le agarrará la mano para que estire solamente el dedo indice.

La victima pensará que está apunto de introducirle el dedo por el culo a otra persona, así que se retorcerá por el suelo para salvar su honor. Finalmente, con el uso de la violencia, se le introducirá el dedo por el melocotón chorreante.



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