Hablando de fútbol con mi amigo

Hoy es un domingo especial, le decía a mi amigo. La diferencia entre este y los 53 restantes domingos del año es que los dos equipos que mueven más dinero y seguidores de la Liga Profesional de Fútbol se van a enfrentar a un partido que, por la altura del campeonato y la diferencia de puntos no se puede considerar decisivo.

Así es como yo le describí a mi amigo marciano cuando me preguntó porque estaba habíendo tanto ruido ultimamente. "Y pasa todos los año?", "Si,si, y cada vez lo mismo. Sabes que se han estudiado picos de natalidad después de ciertos partidos?". "Pero como puede ser, en si son jugadores fuertes y sudados, que se besan y se abrazan cuando marcan un gol, ¿eso es lo que les gusta a vuestros hombres?". Siempre es algo dificil de hablar con un marciano que visita nuestro planeta un par de veces por generación.

Me costó mucho hacerle entender que más allá de los 22 jugadores, este partido pudiera suscitarle tanto interés al resto del país. Le resumí como el Barça había sido un signo identitario de la represión política de la posguerra y también le conté ese cuento aun muy oscuro del fichaje de Di Stefano.

Por entonces andabamos camino a la Plaza España y un hombre limpiaba su furgoneta en un aparcamiento lateral. Tres chicos engominados, bien vestidos y que venían de fiesta les chillaban: "això és Catalunya, allà'm si t'integres d'una puta vegada" uno de ellos parecía ponerse agresivo y los otros dos lo agarraban.

Mi amigo se sentó en el borde de la acera para estudiar la situación y sobretodo equilibrar la balanza si la cosa se ponía violenta. "Está mal limpiar el coche en la calle?","Si" le contesté. "Y porque no le han dicho que fuera a limpiar el coche a otro lugar?", más o menos mi respuesta fue así: resulta que esos tres van algo bebidos y frustrados y como ves los tres vuelven a casa juntos, eso significa que hoy tampoco han follado, pero que de todas formas se han pasado la noche mirando culos y tetas, así que su cabeza esta tomada por las hormonas y de una forma o otra han de demostrar quien es el macho dominante. "Pero le han dicho que no se integra", mira, el hombre que limpiaba la furgoneta es un sudamericano, un emigrante de primera generación que nació y se formó en su país, con otros matices de su comportamiento. "Pero segun los nacidos en Barcelona dirigirse a una persona así también está mal, no?". Le contesté que también.

El chico más violento, y tan flaco que no volvería a sonreír después del primer guantazo, se alejaba mostrando signos de falsa seguridad. "Ese ha estudiado en una buena escuela", le dije al marciano. "Como lo sabes?". "Su comportamiento lo rebela, solo llegará hasta el final si es arropado por sus compañeros, igual que en el sistema concertado de enseñanza. Tiene la seguridad que la justicia y la opinión pública lo respaldará y sobretodo se cree un héroe. En mi colegio cuando te alzaban la voz tenías que lanzarte a golpes, sinó enseguida te caían a ti las de todo el mundo por ser el débil. Ese no ha vivido eso". "O sea, que está ladrando para marcar territorio porque sus hormonas así lo han programado, pero se justifica excluyendolo de su territorio diciéndole que no quiere que viva aquí porque es malo para todos","Si, él se cree superior pero en si tiene miedo que los demás se den cuenta de que él es homosexual".

Volvimos a hablar si mediar palabra hasta que me sorprendió siguiendo el vuelo de una cotorra argentina. Me preguntó que pensaba. "Bueno, me sabe mal que los nacidos aquí se piensen mejores, el lugar donde nacemos es aleatorio", "para mi todos habeis nacido en la Tierra, no veo muchas diferencias". "Bueno, lo que acabas de ver pas muy de vez en cuando".

No pasaron ni quince minutos cuando nos sorprendió otra escena. Los espectadores eran una veintena de clientes de una pollería que hace esquina. En la otra esquina un hombre alto, engominado y gafas de sol recriminaba a un trabajador de bazar chino que había aparcado entremedio de un paso de cebra y muy próximo a su coche. La genética había dado a ese españolito de la altura suficiente para atemorizar al emigrante. La mujer china se ponía en medio de su marido y el matón fracasado. "No habla Español","no nos chille no somos delincuentes". El hombre se recreaba en su superioridad.

Mi amigo fue el primero en acercarse a conocer los detalles de la conversación. "Lo mismo que los niños de hace un rato?". "Bueno, no entiendo nada de lo que está pasando".

Es coincidencia que esto haya pasado el mismo día del partido?, me preguntaba muy serio. "Bueno, puede ser, estamos muy calientes ultimamente con tanto nacionalismo y paro, tarde o temprano puede saltar la chispa, lo que viene después será lo de siempre". "Cuando eso pase vas a tomar parte de tu bando","yo no tengo bando, ningun bando me pregunta, ninguno escucha mis ideas, nadie está dispuesto a cambiar, todos se quejan pero ya les va bien, los que saben lo que es la guerra ya no se aguantan los pedos. La pregunta será sobrevivir aquí o fuera.","y tu que quieres?","quiero ser escritor, en parte necesito vivir momentos duros o todo lo que escriba va a sonar a mentira".

Entramos en la tienda de bangladeshies que abría los domingos. El chico sonreía "a ver si se acaba ya el mundo y no tengo que venir mañana". Compramos dos cervezas y nos sentamos en un banco. "Te vas a reír, pero esto también está prohibido".

2 comentarios:

  1. Molt bona entrada Dani! Felicitats, de debò, encara que no he entés perquè titlles algú que no t'agrada d'homosexual. O potser no he entés la conversa...

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  2. Moltes gracies Jordi. El tio no m'agradava i també m'he expresat d'una forma confusa.
    Atentament,

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