Allá donde se cruzan los caminos



Es curioso lo útil que es entablar amistad cuando uno viaja y así es como pude ser acogido en Madrid por la peregrina radiofónica con la que llegué al Obradoiro. Además de ser mi guía gastronómica de la capital.

Camino a Madrid no lo veía muy claro
En esta ocasión aproveché mi viaje a Madrid para conocer los alrededores, y así fue como me desplacé hasta el Escorial para conocer el Real Sitio. El lugar se encuentra en un pueblo bien adinerado, donde se pueden ver cantidades indecentes de niños uniformados. El Monasterio merece ser visitado varias veces en la vida, y más si tus antepasados fueron súbditos de los reyes que reposan lujósamente en el panteón.
Tumba del hermano del Rey
En una sala hexagonal donde ataúdes de mármol en nínxos de 4 o 5 usuarios reposaban los restos de casi todos los Borbones. Sentí el absolutismo en su estado más efímero. La guerra de Cuba, la Inquisición, el descubrimiento de Cuba, la Semana Trágica, el bombardeo de Espartero, el levantamiento de Riego, las desamortizaciones, el mecenaje de Goya y Velázquez... se habían producido durante los reinados de los que allí yacían. Me llevé una sensación de decepción hacia los allí presentes y la injusta veneración hacía gobernantes bastante mediocres. Por cierto, en los panteones secundarios se pueden encontrar especímenes como el hermano disparado accidentalmente por el actual rey de España, y muchas tumbas vacías, asumiendo que la estirpe monárquica va a sobrevivir aun muchas generaciones.

El resto del edificio merece la pena ser visitado, aunque tampoco se encontrará la solemnidad de otros palacios como Versalles.

La hora del recreo en El Escorial
Mi segunda excursión fue a Alcalá de Henares donde se asienta una gran ciudad universitaria por su historia y por su presenté. Aquí estudió Quevedo y otros escritores del Siglo de Oro. También vio la luz el manco de Lepanto, Cervantes. Y otros personajes como el presidente Manuel Azaña. A veces, comarcas enteras viven sin la visita de las musas, y en otras tienen problemas para nombrar hijos predilectos.

La universidad se puede visitar, vale la pena. No solo por las anécdotas que se cuentan sobre la historia de la institución y sus estudiantes más ilustres. También es curioso como se puede llegar a hablar de un hombre como el cardenal Cisneros, inquisidor y no muy bien recordado por la historia, pero que como impulsor de la universidad es nombrado en los guiones de las visitas guiadas como una gran persona. Finalmente, también se visita la sala donde son entregados los premios Cervantes de literatura.

De nuevo en Madrid aconsejo la visita del museo del Prado, del museo Reina Sofia, puesto que unas horas antes del cierre ambos son gratuito y también el Museo del Jamón, que es un restaurante "fast food" a la Madrileña, bastante curioso donde por un euro te puedes tomar un bocadillo de jamón de garrafón. Así como la Biblioteca Nacional y las cercanas oficinas de Intereconomía, donde se les puede agradecer su cruzada por el bien de España o esputarles, en función del sentimiento que usted tenga. La megabandera de la Plaza de Colón se encuentra a unos pasos de allí.

Con mis colegas Quijote y Sancho
En mi última noche de viaje, con la piel de gallina, después de contemplar por 20 minutos el Guernika de Picasso mi anfitriona soltó una frase que aun resuena en mi cabeza. "A que hora acaba el futbol?¿"... dije que aun quedaría una hora o así, y nos dirigimos a unos estudios de radio donde pude estrecharle la mano a Jorge Hevia y ver que en ese estudio de radio se ven 4 teles a la vez. La emisora en concreto se llama COPE y pertenece a la conferencia episcopal, y bueno, como mi deber es decir lo que vi y romper tópicos, en esos estudios no vi ni cruzifijos, ni fotos del papa, pero si algunas camisetas de grupos de música antisistema entre los espectadores y algunos pijillos de los que usan polos de cuellito alto.


¿Naufragio de un sueño?
Siempre nos quedará Madrid
Esta vez tampoco me cruzé con Joaquín Sabina por Callao. Con toda seguridad, en el momento menos pensado de mi vida me lo encontraré, porque todo sale como lo esperamos y a veces incluso mejor, porque ahora ya se lo importante que es saber pedir ayuda, porque ahora se que mi cuerpo es una máquina mucho más perfecte de lo que creía, porque ahora se que es compartir una lata de atún y un pan duro con un mendigo, porque ahora se que es dormir en casa de desconocidos o en habitaciones con más de 40 pies, porque ahora se que se anda mejor bajo la lluvia y que las canciones cantaron mis padres y que sirvieron para tumbar al régimen que mis abuelos vieron nacer ahora servían para evaporar mis miedos a la hora de seguir adelante. Ahora se quien no quiero ser, ahora creo en mi y en una humanidad invencible capaz de sobrepornos a los desinios de quien nos gobierna y en la cual las generaciones venideras seguirán teniendo sed de juventud en ese momento de la vida en que se quiere conocer por partes iguales las raíces y lo desconocido. Pero de lo no sucedido voy a callar. De lo que quiso que fuera lo voy a dejar para la proxima vez, porque seguro que habrá, porque en el fondo de un armario dormida una mochila espera volver a afortunar a su portador. Y al volver a casa encontré lo que salí a buscar y dejó que los últimos 79 días se destilaran uno a uno hasta que llegara la siguiente primavera.


En el autobús una familia de mejicanos mediovagabundos y una argentina viajera escuchaban e intercambian consejos, experiencias y admiración. Eran mis últimas 8 horas y no las quería pasar durmiendo. Dos adolescentes escuchaban como se preparaba el te en el magreb y el olor de la piel de camello secándose al Sol mientras un hambre de aventuras empezaba a apoderarse de su hipotálamo.


La mano del papa mejicano se estrecho con fuerza sobre la mía, miré al cielo y tenía el color lila que solo  existe en Barcelona, el olor indescutible de la tierra húmeda del patio de mi recreo, de un niño que emparte debía dejar de ser y que se tomaba un último festín decidido a no cerrar este capítulo de su vida sin hacer el meritorio recorrido hasta  donde mercaderes de todos los siglos iban a pedir el augorio de su Dios o a dar las gracias por haber vuelto a su casa inmensamente ricos de bienes o de experiencias. "Roda el món i torna al Born", delante de Santa María del Mar, a pocos metros del "fosar" donde reposan los combatientes que murieron por mi Barcelona, no era consciente de que una nueva historia de mi vida estaba levantando la persiana a un par de manzanas de allí.


Cuando algo acaba todo empieza si nunca se sacían las razones por las que vivimos. 


GRACIAS A TODOS POR ESTE SUEÑO!!!!!!
Y ahora, por  más que no quiera, todo acabará en el siguiente punto.

3 comentarios:

  1. Bravo Daniel. No puc més que felicitar-te.

    ResponderEliminar
  2. Moltes gràcies germà. Seguirem endevant, allà fora hi ha un món espectacular, i tu ho saps prou bé. En cada quilòmetre de viatja que algú fa hi ha una excusa menys per fer-nos mal.

    ResponderEliminar
  3. Molt bó,l'article, pero hi falta molta teca

    ResponderEliminar