Encabezonado por aprovechar al máximo las 16 horas restanates del día que pasamos sin soñar y con el fin de evitar la ordinaria concatenación de albas y ocasos ha surgido un nuevo viajero al que debo poner arriba del pedestal junto a Ata y Ken.
A diferencia de Ata y Ken que ya peinan canas, Jordi, nacido un par de meses después de mi (por lo tanto aun es joven) va a cruzar el Atlántico hasta la península del Yucatán para recorrer los millares de quilómetros necesarios en direcciones arbitrarias hasta dar con las quimeras y Quetzacoalth y su aventura empieza este domingo.
La peculiaridad de este inteprido viajero se parece más a la de un explorador del siglo XVI que a la de un joven del siglo XXI que raramente sale de los resorts con pulserita y todo incluído y las megadiscotecas donde te acabas encontrado por pura casualidad con un desconocido que asegura vivir a dos calles de tu casa de Barcelona.
Esta generación, que protesta por la pérdida de privilegio social y que justifica el impacto ecológico de su capricho y la pérdida de derechos laborales de la población local bajo la frase "yo pago, yo mando, yo hago lo que quiero...". Pues también es en esta generación, que se pudre a la espera de un milagro, en la que está aflorando un cambio de mentalidad que se expresa en nuevas manifestaciones artísticas.
Blogs de viajes hay hasta la saciedad, la gran mayoría de ellos mediocres (como éste, por ejemplo) o un mero fetichismo por mostrarle al mundo donde es capaz de llevarte el bolsillo. Pero la forma en que Jordi va hacernos participes de su aventura aun queda mucho por explotar y abre una nueva dimensión en el arte de expresarse y comunicar.
Aquí tienen una evidencia de que vale la pena esperar a su siguiente remesa y otorgarla un "me gusta" bien grande en su canal de youtube, así como difundirlo tanto como puedan:
Canal: "viajando por un tubo": http://www.youtube.com/watch?v=epkYRG3aT34
A diferencia de Ata y Ken que ya peinan canas, Jordi, nacido un par de meses después de mi (por lo tanto aun es joven) va a cruzar el Atlántico hasta la península del Yucatán para recorrer los millares de quilómetros necesarios en direcciones arbitrarias hasta dar con las quimeras y Quetzacoalth y su aventura empieza este domingo.
La peculiaridad de este inteprido viajero se parece más a la de un explorador del siglo XVI que a la de un joven del siglo XXI que raramente sale de los resorts con pulserita y todo incluído y las megadiscotecas donde te acabas encontrado por pura casualidad con un desconocido que asegura vivir a dos calles de tu casa de Barcelona.
Esta generación, que protesta por la pérdida de privilegio social y que justifica el impacto ecológico de su capricho y la pérdida de derechos laborales de la población local bajo la frase "yo pago, yo mando, yo hago lo que quiero...". Pues también es en esta generación, que se pudre a la espera de un milagro, en la que está aflorando un cambio de mentalidad que se expresa en nuevas manifestaciones artísticas.
Blogs de viajes hay hasta la saciedad, la gran mayoría de ellos mediocres (como éste, por ejemplo) o un mero fetichismo por mostrarle al mundo donde es capaz de llevarte el bolsillo. Pero la forma en que Jordi va hacernos participes de su aventura aun queda mucho por explotar y abre una nueva dimensión en el arte de expresarse y comunicar.
Aquí tienen una evidencia de que vale la pena esperar a su siguiente remesa y otorgarla un "me gusta" bien grande en su canal de youtube, así como difundirlo tanto como puedan:
Canal: "viajando por un tubo": http://www.youtube.com/watch?v=epkYRG3aT34
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